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La población romaní es la minoría étnica que sufre mayores índices de racismo en Europa, enfrentándose habitualmente en su vida cotidiana a prejuicios, intolerancia, discriminación y exclusión social. Esto ha provocado a lo largo de los siglos una enorme brecha en varias dimensiones sociales entre la población gitana en comparación a la población no gitana, desigualdades que la pandemia por COVID-19 no ha hecho más que agravar.

La investigación How Can the Roma Deal with the Health and Social Crisis Generated by the COVID-19 Pandemic? Inequalities, Challenges, and Successful Actions in Catalonia (Spain), publicada en la revista científica de Nature ‘Journal of Racial & Ethnic Health Disparities’, identifica acciones exitosas a la hora de mitigar los efectos adversos de la pandemia. El estudio contó con la participación de más de 500 gitanos y gitanas y respondió a un doble objetivo. En primer lugar, analizar la situación de la población gitana al inicio de la pandemia por COVID-19 en Cataluña, en cuanto a sus condiciones de vida (vivienda, empleo y servicios sociales) y su estado de salud con respecto a la infección por COVID; y, en segundo lugar, analizar el impacto que tuvieron las acciones del Plan Integral del Pueblo Gitano en Cataluña en la mitigación de las consecuencias negativas de la pandemia. En concreto, estas acciones gratuitas se centraron en la difusión de material formativo sobre la transmisión del COVID-19, medidas de protección y estrategias para afrontar la situación de confinamiento; impulso de la educación de personas adultas a través de programas educativos para obtener el certificado de Educación Secundaria Obligatoria para mayores de 18 años, creación de un grupo de acceso a la universidad para mayores de entre 25 y 45 años y la oferta de un curso formativo oficial de mediación de la Universidad de Girona; y diferentes acciones para superar la brecha digital e impulsar el acceso a la información.

En primer lugar, los resultados muestran impactos positivos en la alfabetización en salud, lo que permitió la toma de decisiones basada en la evidencia para protegerse y proteger del virus en su vida cotidiana. En segundo lugar, la educación de alta calidad trasladada al entorno virtual fue crucial para mantener las oportunidades de aprendizaje durante el confinamiento, un aspecto especialmente relevante cuando se trata de estudiantes de grupos vulnerables. En tercer lugar, el Plan Integral del Pueblo Gitano en Cataluña facilitó la inclusión laboral de los y las participantes durante la pandemia, mejorando también sus oportunidades a través de los cursos formativos impartidos. En cuarto lugar, el apoyo para reducir la brecha digital fue clave, no solo para resolver la necesidad inmediata de ayudas, sino también para mejorar las competencias digitales de los y las participantes. Finalmente, el estudio identifica como un componente clave del éxito el papel activo de la propia comunidad gitana dentro del Plan Integral llevado a cabo, pues las acciones se diseñaron e implementaron no solo para los gitanos y las gitanas, sino también con hombres y mujeres gitanas que participaron en grupos de voluntariado, en la difusión de información basada en evidencias sobre promoción de la salud, en actividades y cursos educativos dinamizados o dando apoyo para acceder a las ayudas públicas. Su participación fue crucial para conocer mejor los desafíos a los que se enfrentaban los gitanos y las gitanas durante el confinamiento por el COVID-19 y cómo se podían abordar con éxito.

Estas lecciones del Plan Integral del Pueblo Gitano en Cataluña podrían transferirse a otros contextos entre países y guiar la toma de decisiones en diferentes campos (salud, educación, trabajo social, administración pública) para promover la inclusión social y la calidad de vida de las personas más vulnerables, protegiéndolas durante futuras situaciones de crisis e incertidumbre.

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