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En 2022, Brasil fue testigo de un angustioso aumento de la violencia sexual contra mujeres y menores, ya que las alarmantes cifras mostraron el preocupante panorama deun país que lucha por salvaguardar a su juventud, especialmente a las mujere dentro de sus propias casas.

 

Según datos recientes publicados por el Foro Brasileño de Seguridad Pública, los casos de violación denunciados aumentaron un 8,2%, alcanzando la cifra sin precedentes de 74.930 incidentes el año pasado. Los casos de violación de menores aumentaron un 15,3%, siendo las mujeres el 88,7% de las víctimas, y un escandaloso 61,4% niños de 13 años o menos.

 

El aumento de la violencia se extendió a todas las formas de daño contra menores, incluido el maltrato infantil (un 13,8% más), la pornografía infantil y juvenil (un 7% más) y la explotación sexual (un 16,4% más). El informe expresaba su profunda preocupación, afirmando que el panorama de la violencia contra niños y adolescentes en 2022 era uno de los peores vistos.

 

Las personas expertas atribuyeron algunas de estas cifras al impacto de los cierres patronales y escolares durante la pandemia del Covid-19, que dejaron a los niños más vulnerables a los abusos en casa, sin la red de seguridad que proporcionan las escuelas para detectar los primeros signos de abuso.

 

La línea telefónica de atención a la violencia doméstica de Brasil recibió una media de 102 llamadas por hora en 2022, lo que refleja un aumento de las agresiones y amenazas domésticas como muestra The Guardian. Los feminicidios aumentaron un 6,1%, y casi tres cuartas partes de las víctimas fueron asesinadas dentro de sus propios hogares por sus parejas actuales o anteriores.




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