Para contribuir a superar la violencia de género es fundamental que las personas que son testigo de la violencia se posicionen contra ella. Es lo que se llama bystander intervention, que supone que las personas que son testigo dejan de ser pasivas (bystander), dejan de estar en stand by, y se convierten en upstanders, agentes activos que se posicionan. Estas intervenciones incluyen acciones tales como tratar de desescalar situaciones potencialmente violentas, ofrecer apoyo a las víctimas, o buscar ayuda de otras personas.
Los hombres NAM (Nuevas Masculinidades Alternativas) se posicionan y apoyan a las víctimas tanto cuando son personas cercanas (amistades, conocidas, o personas que percibimos como pertenecientes a nuestro grupo, cualquiera que sea éste) como cuando las personas que están sufriendo la agresión no son cercanas.
Un estudio publicado recientemente ha analizado este tema en el ámbito de la violencia de género en las universidades, y ha concluido que hay personas que actúan más en los casos que perciben a las víctimas como pertenecientes a su entorno. Esto ocurre en un entorno en el que, según este estudio, aproximadamente un 11,7 % del alumnado ha reportado que ha sido víctima de una conducta sexual no-consentida que ha hecho uso de la fuerza. En lo que respecta a las mujeres universitarias estadounidenses, el número se eleva hasta el 23,1 %. En investigaciones anteriores se ha demostrado que en las universidades españolas casi dos tercios del alumnado conoce o ha sufrido violencia contra las mujeres en el contexto universitario, pero esta violencia se reporta en muy pocas ocasiones. Las evidencias científicas apuntan claramente a que la solución necesariamente se basa en activar un modelo de tolerancia 0 contra la violencia de género, la intervención activa de las personas que son testigo en favor de las víctimas, y un apoyo claro y solidario con las víctimas. Si las víctimas y las personas que apoyan a las víctimas no reciben apoyo, las víctimas quedan aisladas y se les impide así la posibilidad de convertirse en supervivientes, según ha demostrado la investigación.
Los hombres NAM pueden contribuir mucho en este sentido, y, para ello, los NAM se solidarizan y prestan su ayuda no solo a personas cercanas.
Esta idea también se puede trabajar con alumnado de menor edad.
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