En los últimos años se ha logrado un progreso considerable a la hora de mejorar la conciencia pública sobre los problemas de salud mental y su estigma. Sin embargo, se necesita que este avance repercuta mucho más en la mejora del acceso a los servicios públicos de atención a la salud mental y en su calidad. La revista científica ‘Evidence Based Mental Health’, ha publicado el artículo Mental health first aid: strengthening its impact for aid recipients, en el que se abordan algunas claves para mejorar la respuesta inmediata del público en general a las enfermedades mentales y las crisis de salud mental que podamos detectar en nuestro entorno.
El estudio identifica, en función de investigaciones previas, la necesidad de mejorar el conocimiento sobre problemas de salud mental, creencias sobre el tratamiento, identificación de problemas de salud mental, intención de brindar primeros auxilios en esta línea, cantidad de ayuda brindada y confianza para ayudar a una persona con un problema de salud mental, así como la reducción de actitudes estigmatizantes. En primer lugar, se recomienda contar con una selección cuidadosa de profesionales expertos y expertas en salud mental e incluir una gama más amplia de personas con experiencia vivida en este ámbito y otros grupos profesionales (p. ej., policías y personal de ambulancias) que pueden ayudar a una persona en una crisis de salud mental, familias y otras personas cuidadoras. En segundo lugar, debe mejorarse la calidad y la eficacia de la formación en sí con cursos de actualización basados en evidencias más frecuentes y completos que los que se brindan actualmente, lo que conduciría a mejores resultados para los beneficiarios y beneficiarias de los servicios de atención a la salud mental.
Este artículo aporta soluciones constructivas que podrían mejorar el impacto de los programas de salud mental, siendo clave cambiar las actitudes, el conocimiento y la respuesta del público a las enfermedades mentales que puedan identificar en su entorno. Existe, por tanto, un gran potencial para fortalecer el desarrollo y la implementación de programas de primeros auxilios en salud mental para maximizar su impacto en la salud pública. Otra forma de lograr esto sería crear vínculos más fuertes entre los servicios clínicos, adoptando vías que ya existen en primeros auxilios médicos para garantizar que los beneficiarios y beneficiarias de primeros auxilios en salud mental reciban los servicios apropiados cuando los necesiten. En el contexto del impacto universal de la pandemia global de COVID-19 en la salud mental de la población mundial, el diseño de estos programas puede jugar un papel vital en la mitigación del daño.
