En Brasil ha aumentado un 70% los casos de agresiones sexuales hacia menores durante el primer cuatrimestre, sumando un total de 17.5 mil casos denunciados. Este dato en si mismo muestra como es un problema social urgente a abordar, pero el aumento de denuncias también indica que hay una gran ruptura del silencio de estos casos, antes blindados a un silencio perpetuo.
Según la Organización Mundial de la Salud afirmaba en su informe como la violencia contra las criaturas es un problema grave y generalizado que afecta a millones de niñas y niños en todo el mundo. Esta violencia puede manifestarse de diversas formas, ya sea perpetrada por padres, cuidadores, compañeros, parejas o extraños. Según las estimaciones, hasta mil millones de niños de entre 2 y 17 años han experimentado violencia física, sexual o emocional o negligencia en el último año.
La protección de los menores es responsabilidad de todas las personas adulas, y es necesario actuar como “upstanders”, denunciando cualquier sospecha de abuso y trabajando juntos para crear un entorno seguro y protegido para ellos. No podemos permitir que la violencia sexual siga afectando a los más vulnerables de nuestra sociedad. Es hora de tomar acción y detener este alarmante incremento de violaciones sexuales a menores.
