El juego es una parte integral de la infancia, que ofrece multiples de beneficios para el desarrollo. Desde la infancia las niñas y los niños participan en diversas formas de juego que fomentan la creatividad, las habilidades sociales y el crecimiento cognitivo.
La teoría de las partes sueltas, definido por Simon Nicholson y derivado del juego físico, puede aplicarse a las experiencias de juego digitales. Al comprender el valor de las partes sueltas y promover el juego abierto y autodirigido, podemos mejorar las experiencias de juego digital de las niñas y los niños.
Las investigaciones como la de “Efectos del equipamiento de juego y de las piezas sueltas en el comportamiento de juego al aire libre de las niñas y los niños en edad preescolar: Un estudio observacional y una intervención de diseño”, realizadas en la Universidad de Cornell, demuestran la importancia de las piezas sueltas para fomentar el juego de orden superior. Las observaciones que realizaron el equipo de investigación de las y los menores en un patio de recreo revelaron oportunidades limitadas para el juego dramático y constructivo. Sin embargo, cuando se introdujeron piezas sueltas, las niñas y los niños fueron hacia ellas y participaron en juegos creativos, construyendo estructuras y representando escenarios imaginativos. La teoría de las piezas sueltas hace hincapié en que las cualidades materiales o estéticas de los equipos de juego no determinan la calidad del juego. En su lugar, el diseño de la experiencia de juego y la disponibilidad de materiales abiertos determinan la participación de las niñas y los niños.
Evaluar la calidad y el valor de las experiencias de juego digitales requiere tener en cuenta la disponibilidad de herramientas y materiales que permitan a las niñas y a los niños construir sus propios mundos y participar en juegos de fantasía. Aunque muchas experiencias de juego digital están muy diseñadas y estructuradas, lo que limita la autonomía de la infancia, existe un potencial para las tecnologías diseñadas intencionadamente que apoyan el juego abierto y al ritmo de la persona usuaria.
Katie Davis de la Universidad de Washington, señala en su trabajo sobre las piezas sueltas en el juego digital, que a pesar de los esfuerzos por crear entornos virtuales interactivos, las experiencias de juego digitales suelen poseer limitaciones inherentes que restringen el abanico de acciones de la infancia en comparación con el juego analógico. El formato digital puede introducir inflexibilidad, obstaculizando potencialmente la plena expresión de la creatividad de la niña o el niño. Sin embargo, los enfoques de diseño intencionados y las innovaciones tecnológicas pueden mitigar estas limitaciones y proporcionar una experiencia de juego digital más flexible y atractiva.
Por lo tanto, es importante comprender las formas y funciones del juego de las niñas y los niños para apoyar su desarrollo holístico. Incorporar la teoría de las piezas sueltas a las experiencias de juego digital puede fomentar la creatividad, la autonomía y la interacción social. Valorando el juego abierto y autodirigido y diseñando entornos digitales que proporcionen a la infancia herramientas para la exploración y la expresión creativa, podemos liberar todo el potencial del juego infantil, tanto en el ámbito físico como en el digital.
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