En la tierra de los Lotófagos, sus habitantes decidieron no atacar a la expedición que viajaba con Odiseo. Los Lotófagos se alimentaban de flores de Loto, y eso fue lo que ofrecieron a los recién llegados. Al comerlas, los hombres de Odiseo se quedaron adormilados y olvidaron el deseo que les había movido hasta entonces, que era regresar a Ítaca, su ciudad, de la que habían partido hacía ya mucho tiempo.
Esa historia, narrada hace miles de años, actualmente se repite con frecuencia. Se podría relacionar con el consumo de sustancias. Pero también tiene muchas similitudes con esas relaciones que nos nublan la vista, como en los casos en los que habíamos deseado algo fervientemente hasta que ciertas personas se nos cruzaron en la vida y nos empezamos a despistar, como lo que cuentan en esta investigación tan reveladora: olvidar hasta no recordar lo que habíamos soñado despiertos.
Este peligro, evidentemente, no es ajeno a los hombres. Las interacciones que tenemos con otras personas construyen y reconstruyen nuestro cerebro, y esto condiciona nuestras preferencias. Los cambios pueden ocurrir tanto para bien como para mal. Las experiencias perjudiciales suelen dañar la arquitectura cerebral, mientras que las experiencias positivas pueden fomentar un fuerte desarrollo. Nos podemos cruzar con personas que nos presionan abiertamente, pero también con otras que lo hacen con más disimulo, de esas que invierten un gran esfuerzo en las apariencias y en las tretas.
Probablemente, todavía todos recordamos adónde queríamos ir. Puede que no caigamos en la cuenta a la primera, y si es así, necesitaremos el apoyo de amistades de verdad para poder buscar en nuestra memoria. Todo es más fácil cuando se tienen conversaciones que nos facilitan pensar en libertad.
Una de las características de las Nuevas Masculinidades Alternativas (NAM) es que se asocian con otras personas igualitarias para contribuir a superar la desigualdad y la violencia de todo tipo. Sabiendo que hay interacciones que tratan de cegarnos, es fundamental escoger las interacciones que queremos tener. Nos facilitará no tropezar con aquellas personas que nos coaccionan (sea de manera indisimulada o sea más elaborada).
Para que no se nos olvide adónde queríamos ir realmente, cuenta mucho con quién nos relacionamos. Elegir libremente es primordial.
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