image_pdfPDFimage_print

En la película de Disney la “Bella Durmiente” se cantaba esta canción: Eres tú mi príncipe azul que yo soñé; eres tú, tus ojos me vieron con ternuras de amor; y al mirarme así, el fuego encendió mi corazón; y mi ensoñación se hará realidad; y te adoraré como aconteció en mi sueño ideal. Otra canción más reciente sobre relaciones, en cambio, plantea lo siguiente: Como tú no hace, rompe la ley; tú eres un delito que yo quiero cometer; si por eso dieran tiempo, perpetuar debieras ver; para mis problemas que no quiero resolver, no; criminal, criminal; tu estilo, tu flow, mami muy criminal.

Les pediría a todas las personas que, en su discurso – a menudo sin mala intención, pero carente de evidencia científica y análisis riguroso – critican los cuentos de hadas y las películas de Disney reflexionen seriamente. Dicho discurso se sustenta la mayoría de las veces en qué estos cuentos y Disney han contribuido a la perpetuación de relaciones afectivo-sexuales tóxicas. Es una grave equivocación y también es condenar a la infancia y la juventud a la imposibilidad de soñar con una relación ideal que les haga vibrar el corazón como dice la canción. En los más de 20 años que llevo asistiendo a Congresos sobre educación, coeducación, feminismo, género y masculinidades, me he cansado de escuchar esta crítica vacía. En cambio, es difícil encontrar críticas tan contundentes a películas tan perjudiciales como Te doy mis ojos, Tres metros sobre el cielo o el Perfume.  Todas ellas, bañadas de un falso romanticismo, promueven la socialización hacia chicos violentos a los que se les dota de atractivo o bien despiertan deseo sexual en las protagonistas. Por no decir del sinfín de canciones de los años ochenta, noventa o dos mil a las que no se les presta la suficiente atención. Por ejemplo, aquella estrofa famosa de Loquillo: Uh-uh, sólo quiero matarla, Uh-uh, a punta de navaja, besándola una vez más.

Los príncipes azules y los personajes masculinos buenos de las películas de Disney nunca ejercen la violencia hacia las mujeres. De hecho, si alguien conoce alguna escena donde ello suceda, por favor que no dude en decírnoslo. Quizás alguien entrará a cuestionar las actitudes sexistas de estos personajes. Es evidente que en algunos casos son así porque reflejan la sociedad y los roles de épocas pasadas. Ello se debe sobre todo a que muchas de estas películas se fundamentan en cuentos muy clásicos de Perrault o los hermanos Grimm. De modo que resulta necesario también hacer la distinción entre sexismo y violencia, algo que los estudios de masculinidades ya hace años han planteado.

Además, cabe subrayar que en las últimas películas de la factoría Disney muchos personajes masculinos son igualitarios y también son muchas las mujeres representadas que están empoderadas, son valientes y nada dependientes. De modo que todo ello nos permite tener un argumentario importante y riguroso. Las Nuevas Masculinidades Alternativas apostamos por estos príncipes azules y también para que las personas tengan relaciones ideales que les permitan seguir soñando en amor y fuego al mismo tiempo.

.

Views All Time
Views All Time
1099
Views Today
Views Today
1
Secciones: portada

Si quieres, puedes escribir tu aportación