Recientemente un osteópata ha sido acusado por agredir sexualmente a 23 pacientes, tras ser denunciado fue llevado a juicio en Barcelona, y el pasado 15 de abril la fiscalía solicitaba 92 años de cárcel por las agresiones cometidas.
En el informe de fiscalía se recoge como las 23 mujeres denunciantes coinciden que el osteópata realizaba tocamientos en zonas sexuales no consentidas que provocaban malestar, incomodidad, e incluso dolor.
Casos como este, muestra como la ruptura de silencio es cada vez más presente en más diversos ámbitos, contribuyendo así que cada vez haya más espacios que rompen con la impunidad del sliencio.
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