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Las sociedades son cada vez más diversas y el tratamiento en la escuela de esta diversidad se ha convertido en un aspecto crucial para la mejora tanto del aprendizaje como de las relaciones sociales. Las decisiones sobre los criterios de agrupamiento del alumnado en las aulas forman parte de la respuesta a esta realidad. Con el objetivo de identificar Actuaciones Educativas de Éxito que promuevan un alto rendimiento académico e inclusión y cohesión social, el proyecto europeo INCLUD- ED analizó diferentes formas de agrupar el alumnado en las aulas que fueran más inclusivas para todo el alumnado. 

En el artículo The power of Interactive Groups: how diversity of adults volunteering in classroom groups can promote inclusion and success for children of vulnerable minority ethnic populations, publicado en ‘Cambridge Journal of Education’, se analiza una estructura de agrupamiento específica que ha demostrado la mayor eficacia a la hora de mejorar el rendimiento académico del alumnado en aulas con alta diversidad. Los hallazgos que se presentan se basan en datos que proceden de tres estudios de caso realizados en dos centros españoles de Educación Primaria (uno de los cuales incluía alumnado con Necesidades Educativas Especiales) y uno de Educación Secundaria, incluidos en el Proyecto INCLUD-ED (6º Programa Marco, Comisión Europea, 2006- 2011). Siguiendo la Metodología Comunicativa, cada estudio de caso incluyó 10 entrevistas abiertas con profesorado, alumnado y familiares, un grupo de discusión comunicativo con profesorado y cinco sesiones de observación comunicativa en las aulas. 

A la luz de los resultados, se destacan los beneficios de la agrupación heterogénea inclusiva del alumnado cuando se implica en las aulas a personas adultas (familias y otros miembros de la comunidad). Los datos obtenidos revelan el importante papel de las personas adultas no docentes, principalmente los miembros de la familia, como recursos para mejorar el aprendizaje, porque permitieron conectar y coordinar la relación escuela y familia multiplicando los esfuerzos para lograr el éxito del alumnado. Los Grupos Interactivos (GI) suponen la implicación de estas personas adultas para facilitar las interacciones de aprendizaje de los niños y las niñas en pequeños grupos heterogéneos que potencian la inclusión y facilitan poder así responder a las necesidades de un alumnado diverso en un entorno de aprendizaje compartido para aprender el currículo general. Los GI garantizan la diversidad tanto entre el alumnado de cada grupo como entre las personas adultas voluntarias que colaboran dentro del aula. Estos estudios de caso demuestran que cuanto más diverso es el grupo de voluntariado, más diversas son las formas e interacciones que se ofrecen al alumnado y que contribuyen a su aprendizaje. 

Gracias a este estudio podemos ver que más allá del profesorado y otros profesionales de la educación, cuando participan familiares, miembros de la comunidad y antiguo alumnado, se ofrece una rica gama de interacciones, estrategias de aprendizaje y recursos educativos diferentes que permiten conectar con las experiencias cotidianas del alumnado fuera de la escuela, un valor añadido de los GI que no se encuentra en otras formas de organización de las aulas, pues permite conectar la escuela con el contexto exterior gracias al voluntariado que aumenta el significado que los niños y niñas atribuyen a la escolarización y facilitan la transformación del contexto general de aprendizaje haciendo que sea más inclusivo y de mayor calidad.

 

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