Hay personas que presionan a otras personas para que tengan relaciones sexuales que no quieren tener. Son conscientes de que la otra persona no lo quiere hacer, y, por ello, utilizan estrategias coercitivas que no tienen como objetivo prioritario cambiar la voluntad de la otra persona sino simplemente que haga lo que no quiere hacer. La persona que coacciona quiere hacer ver que es ella la que sabe cómo funcionan las relaciones, que es la que disfruta de las relaciones, la que vive la vida y sabe aprovechar las oportunidades, y quiere hacer creer, aunque sabe que no es cierto, que si la otra persona no accede a tener una relación no deseada es porque no sabe disfrutar de la vida.

Lo cierto es que una persona que está satisfecha con sus relaciones afectivo-sexuales nunca presiona a otra para tener relaciones. Son personas que atacan la libertad sexual. Solo las personas insatisfechas y amargadas lo hacen, solo lo hacen las personas que no saben disfrutar de las relaciones. Tal vez lo harán por envidia, tal vez para que otras personas se sientan tan insatisfechas como ellas.

Es importante desenmascarar a estas personas. La libertad sexual consiste en que cada persona decida libremente sobre su vida sexual, desde la autonomía personal y sin ejercer ningún tipo de coacción. Todo lo que se oponga a esto es contrario a la libertad sexual.

Las Nuevas Masculinidades Alternativas (NAM) nunca coaccionan a otras personas para que tengan relaciones no deseadas, y, además, contribuyen a visibilizar que estas coacciones son muy cutres y van contra la libertad.

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