La brecha digital de género ha aumentado a pesar de la creciente digitalización de la vida cotidiana de todas las personas; actualmente, el 63% de las mujeres de todo el mundo tiene conexión a Internet, frente al 69% de los hombres.
Además, el clima intencionadamente hostil del sector disuade a muchas mujeres y niñas; por término medio, las mujeres ganan un 21% menos que los hombres, reciben índices de promoción mucho más bajos y casi la mitad afirman haber sufrido acoso en el lugar de trabajo.
Las mujeres y las niñas siguen estando infrarrepresentadas en todas las facetas de la tecnología digital, desde el diseño y la codificación hasta el uso de servicios y la formulación de normas y políticas. El coste de este desequilibrio es elevado; según ONU Mujeres, el PIB de los países de ingresos bajos y medios podría aumentar en cerca de un billón de dólares si se pusiera fin a la exclusión de las mujeres del mundo digital.
