Acabar con las Guerras, tarea de todas las personas
Son noticia internacional las declaraciones de Putin en las que manifiesta “Que no se puede vencer a Rusia en el campo de batalla”. A menudo las guerras las empiezan políticos que después no acuden a este campo de batalla que comenta el líder ruso en dichas declaraciones. De esta forma, se condena a muchas personas humildes a iniciar una confrontación que acaba con sus vidas y repercute en la de sus familias.
Ante este tipo de situaciones, en ocasiones, encontramos posicionamientos que responsabilizan exclusivamente a los poderes políticos y a las grandes empresas sobre la perpetuación de las guerras. El mundo del sistema, al que se refieren las ciencias sociales para explicar la influencia de las grandes estructuras y relaciones de poder, está muy ligado al mundo de la vida. Éste hace hincapié en cómo construimos nuestro día a día, nuestras relaciones personales, nuestra identidad. Esta dualidad está muy vinculada a la educación, la cual es una herramienta que nos influye en cómo actuar y definir las grandes estructuras antes mencionadas.
De este modo, cuando escuchamos que las guerras no dejarán de existir porque el conflicto es algo inherente a las sociedades, se está cometiendo un error. En nuestro día a día podemos construir, y existen muchas experiencias globales que así lo demuestran, realidades alejadas de la violencia y la agresividad. Las teorías apocalípticas que plantean que existen unos poderes fácticos que deciden todo, están muy superadas. Las sociedades actuales, que son más dialógicas que nunca, demuestran que la agencia humana ha derrumbado muchos muros sistémicos a lo largo de la historia. De modo que la responsabilidad colectiva es un elemento que debemos tener presente en nuestra cotidianidad, y la educación puede ayudarnos mucho a ello.
Las Nuevas Masculinidades Alternativas, y en esta sección hemos ahondado sobre este aspecto, han planteado que las conquistas por la igualdad se han conseguido por luchas conjuntas entre hombres y mujeres. A la largo de la historia han existido personas que han priorizado la No-Violencia y han transformado profunda y revolucionariamente la sociedad. Es mucho más revolucionario un profesor de escuela que consigue tolerancia 0 hacia la violencia en su clase, que consolida la amistad entre su alumnado, que dota de atractivo a los chicos igualitarios; que un hombre que, con la bandera de la revolución, como Che Guevara, es capaz de utilizar la violencia y la muerte para conseguir unos fines. Así pues, acabar con las guerras es tarea de todas las personas que en su día a día consiguen estas pequeñas pero grandes revoluciones pacíficas.