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El acoso escolar es un tema de gran preocupación entre las familias y el profesorado en todo el mundo, pero con mayor intensidad en aquellas niñas y niños más vulnerables que tienen necesidades educativas específicas pues, como se ha puesto en evidencia en diferentes estudios, tienen más probabilidades de sufrir acoso. Este problema requiere de un tratamiento desde las evidencias científicas de impacto social para asegurar así recorrer un camino de éxito para su erradicación.

El estudio Bullying and Middle School Students With and Without Specific Learning Disabilities: An Examination of Social-Ecological Predictors, publicado en ´Journal of Learning Disabilities´, investigó las variables demográficas, el sentido de pertenencia y los apoyos sociales como predictores del acoso escolar en estudiantes con dificultades específicas de aprendizaje y en estudiantes sin ellas en una muestra de 360 alumnos y alumnas con necesidades educativas y 86 sin necesidades educativas, con edades comprendidas entre los 11 y los 15 años. La investigación destaca que el aumento del apoyo social tanto de los y las compañeras como del profesorado es el factor predictivo más significativo de la disminución del acoso, la victimización, las peleas y la ira para todo el alumnado, tenga o no necesidades educativas. Por un lado, el apoyo escolar que ofrecen el profesorado y la escuela amortigua la participación en el acoso del alumnado. El estudio destaca que las escuelas que valoran por igual los logros académicos y las necesidades de desarrollo académico tienen niveles más bajos de victimización y perpetración de acoso y que la eficacia de los programas contra el acoso está directamente relacionada con la concienciación del profesorado sobre la dinámica del acoso, de su conocimiento y competencia en la gestión de situaciones de acoso, pero también de su compromiso por lograr un mayor rendimiento académico del alumnado. Desafortunadamente, a menudo el profesorado mantiene expectativas académicas y de comportamiento más bajas en el alumnado con dificultades y esto tiene un impacto negativo. Por otro lado, el estudio apoya la investigación existente que demuestra que las personas que desarrollan y mantienen relaciones de calidad son menos propensas a ser victimizadas.

Las implicaciones educativas de esta investigación incluyen sugerencias para la mejora en las escuelas. Algunas de ellas, son:

  • Adoptar programas contra el acoso que fomenten el aumento de los apoyos sociales.
  • Aplicar actuaciones que favorezcan la aceptación de los compañeros y compañeras.
  • Incorporar intervenciones específicas para el alumnado en riesgo.
  • Mantener altas expectativas de desarrollo académico y comportamiento en todo el alumnado.

Las sugerencias recogidas por este estudio se hacen realidad en los centros escolares que implementan Actuaciones Educativas de Éxito, pues es a través de estas como se alcanza el sueño de ofrecer una verdadera calidad educativa, es decir, aquella que no separa el fomento de las relaciones más bellas entre el alumnado y toda la comunidad educativa de los mejores aprendizajes instrumentales que favorecen un buen desarrollo académico para todo el alumnado sin excepción.

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