Beatriz Galindo, llamada “La Latina” (1465–1535), fue una escritora y humanista natural de Salamanca, preceptora de los hijos de los Reyes Católicos.
Perteneció al grupo de escritoras y humanistas llamadas Las Latinas, pero ¿quiénes eran las Latinas?
Eran mujeres que aprendieron y dominaron las lenguas clásicas en una sociedad donde la formación y la cultura parecía limitada a los hombres. De este colectivo femenino de la época, conocido con el nombre de «las latinas» ha trascendido escasa información, pero hay autores que incluyen a mujeres anteriores a Quevedo y otras contemporáneas.
En concreto, serían entre otras, Francisca Nebrija, Luisa Medrano, Cristobaliba Fernández de Alarcón, Beatriz Galindo y Lucía Sigea.
Beatriz Galindo inició el conocimiento de la gramática y del latín muy joven y a los dieciséis años parece que dominaba esta lengua de tal manera que asombró al claustro de la Universidad salmantina.
Recibió clases de gramática en una de las academias dependientes de la Universidad de Salamanca. Mostró grandes dotes en la traducción, lectura y habla del latín.
Su presencia en la Corte no se limitó únicamente a sus labores como preceptora, la reina tenía en muy alta estima sus consejos. Colaboró en la implantación del nuevo programa político de los Reyes Católicos y, en el caso de las mujeres, de forma muy especial en el de la reina.
Hasta entonces, las mujeres cultas eran religiosas. Fue el Humanismo el que aportó el modelo de mujer laica culta del que Beatriz Galindo es un buen ejemplo. Las mujeres que rodearon a la Reina, de forma muy destacada Beatriz, colaboraron con ella en todas las empresas que acometió.
La instrucción, la cultura y el mecenazgo artístico. También se dedicaron al patronazgo religioso, uno de los ámbitos privados reservados para las mujeres, ya que las mujeres tenían escasas posibilidades de desarrollarse en el espacio público
La reina Isabel y las mujeres de las que se rodeó, como Beatriz Galindo, creían en el proyecto humanista y pretendían intervenir en el cambio que debía sufrir la sociedad para adecuarla a los principios políticos y sociales que el Renacimiento preconizaba.
Su fama de mujer culta ha llevado a que se le atribuyesen algunos escritos hasta ahora desconocidos, por lo que es muy insegura su autoría. Aunque probablemente no haya dejado un legado literario, su importancia es grande pues fue una humanista que se preocupó por la cultura y por la promoción de las mujeres.
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