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Ésta es la respuesta enviada por la policía a un servicio especializado de atención a mujeres en situación de violencia de género, ante la consulta sobre el caso de una mujer a la que estaban atendiendo:

“Sólo puede llamar al 112 en el caso que esté pasando algún hecho violento o incidente… Si llama antes de que pase nada lo más probable es que desde el 112 le digan lo que te explico… En el momento en que ella vea que se pone agresivo o levanta la voz más de lo normal que llame al 112. Otra opción sería que no esté sola cuando él vuelva…”

Esta respuesta fue reenviada a la mujer que acudió pidiéndoles ayuda. La solución que le ofrecen es que tenga la habilidad de llamar al 112 cuando empiece a agredirla, pero, sobre todo, que espere a que se inicien las agresiones.

El día 10 diferentes organizaciones feministas publicaron un manifiesto en el cual urgen a los poderes públicos la puesta en marcha de acciones para fortalecer la lucha contra la violencia de género. Entre las propuestas para la elaboración y concreción de estas acciones encontramos reforzar el sistema de acompañamiento y de ayuda que permita a las mujeres dar con suficiente seguridad el paso de la ruptura de la relación violenta, evitando situaciones de desprotección. Se trata de un manifiesto elaborado con el rigor y compromiso que una situación de urgencia como la actual requiere. Lejos de hacer interpretaciones apresuradas o relatos ficticios sobre lo que está ocurriendo, pone de relieve las carencias que, hasta el momento, podemos observar objetivamente.

Los asesinatos por violencia machista en las últimas semanas son un horror, también los son las de los meses y los años anteriores. También lo son las de hijos e hijas que han sido asesinados. Las de mujeres que presentan denuncias por violencia de género o las que no han presentado denuncia pero están siendo atendidas por algún servicio debido al maltratado que sufren. Ante esta realidad diferentes organizaciones feministas están alzando su voz urgiendo a los poderes públicos la puesta en marcha de acciones para fortalecer la lucha contra la violencia de género. Uno de los elementos que, bajo mi entender, se desprende de este manifiesto es que si queremos aportar soluciones reales no todo vale.

En las últimas semanas hemos vivido un alarmante repunte de asesinatos y, en paralelo, han proliferado las declaraciones en medios de comunicación que distan mucho de aportar explicaciones rigurosas y se acercan más al intento de elaborar guiones de series televisivas. Afirmar que las navidades conllevan la toma de decisiones conjunta, se rompe automáticamente el aislamiento de la víctima… y todo ello desencadena en agresiones, o que la difusión de los asesinatos provoca un efecto llamado entre aquellos hombres que ya tenían en mente asesinar a sus mujeres, son un buen ejemplo de ello. El abc de la estadística nos avisa de que las correlaciones, es decir, que dos cosas pasen de manera paralela o consecutiva, no necesariamente implican una causalidad, es decir, que no necesariamente una cosa viene motivada por la otra.

Nos encontramos ante una realidad cuyas explicaciones requieren análisis en mayor profundidad y no tienen cabida la falta de rigor y, en consecuencia, la “opinología”. En la elaboración de estos análisis y el diseño de las medidas de respuesta ante esta situación, el citado manifiesto reclama que el gobierno cuente con organizaciones feministas especializadas. Si bien coincido con este punto, creo importante matizarlo. Necesitamos comités de expertas compuestos por personas que presenten una trayectoria científica acreditada. ¿Eso en qué se traduce? En dejar de lado aquellas personas que exponen relatos válidos para guiones de Netflix, HBO u otras plataformas de entretenimiento, pero no para abordar una problemática de la envergadura y trágicas consecuencias como es la violencia de género. Por el contrario, se deben incorporar a personas que a la hora de exponer sus análisis y argumentos constaten las investigaciones que los avalan. A su vez, contar también con la voz de aquellas mujeres y asociaciones que trabajan codo a codo con y para las mujeres y han demostrado tener un impacto social en sus vidas. Por lo tanto, aquí también destacamos que no necesariamente serán las asociaciones más mediáticas, las más grandes, las que reciben más financiación… si no las que están mejorando y cambiando vidas.

Llegados a este punto, en el que lo que está en juego es el bienestar y las vidas de muchas mujeres y de sus hijas e hijos, no se trata de un tema sobre el que opinar cual partido de fútbol, de manera puntual, los días previos y posteriores. Debe tener una presencia prioritaria, constante y tratada con rigor durante todo el año. Sólo así construiremos los cimientos necesarios para combatirla y revertirla.

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