Un tribunal alemán ha condenado a Irmgard Furchner, de 97 años de edad y exsecretaria en un campo de concentración nazi, a dos años de libertad condicional. No ingresará en la cárcel por razón de su avanzada edad, pero por fin ha sido juzgada después de que el 4 de octubre de 2021 protagonizara una fuga cuando debía presentarse ante el tribunal.
Genio y figura hasta la sepultura, dice el refrán, y en este caso, genio maligno del principio al fin. En estas páginas dejamos constancia en su momento del suceso, especificando que cuatro horas después de su huida había sido detenida por la policía. Han debido transcurrir más de doce meses para que finalmente haya sido juzgada y condenada.
Tal como dejamos escrito en su día, entre 1943 y 1945 Irmgard Furchner fue secretaria del comandante del campo de Stutthof, en Polonia, donde ayudó en el exterminio de más de 10.000 cautivos entre judíos, prisioneros de guerra rusos y resistentes poloneses. En el artículo nos lamentábamos de que una mujer figurara en la pizarra de los seres desalmados.
La nonagenaria continuará viviendo en una residencia para ancianos. Ignoramos si alguna vez ha dado muestras de arrepentimiento, si acaso es objeto de comprensión o de desprecio por parte del resto de residentes. Solo nos cabe señalar, a modo de paliativo, que el caso de Irmgard Furchner constituye la excepción que confirma la regla de que las mujeres han sido históricamente fuente de probidad y de paz.
