Estas semanas, la campaña Don’t Be That Guy (“No seas ese tío”) de prevención de violencia sexual de la policía de Escocia ha publicado varios vídeos. A continuación, haremos un análisis desde las evidencias científicas y con la perspectiva de las masculinidades.
No analizaremos aquí el vídeo de su campaña del año pasado, pero cabe adelantar que plantea errores básicos al ir centrado en concienciar a los hombres violentos, algo que las evidencias científicas han dejado claro que es menos efectivo que la prevención y poner el foco en las víctimas. Nos centraremos en los vídeos de esta segunda fase de la campaña.
Esta sí enfoca principalmente la frase “no seas este tío” como “no seas ese que se queda parado y no hace nada ante la actitud machista de otro”. Así, la campaña se centra especialmente en los hombres igualitarios y su papel activo contra el acoso y la violencia de género. Un ejemplo lo vemos en estos cantantes que dejan claro cómo quieren que se comporten los hombres en sus conciertos. Los hombres que aparecen en los diferentes vídeos se presentan atractivos, fuertes, seguros, aun con su vulnerabilidad y diversidad. La ciencia en diálogo con la ciudadanía han conceptualizado este tipo de comportamientos como upstander y como característicos de las Nuevas Masculinidades Alternativas.
La campaña parte de la evidencia que la mayoría de los hombres son fundamentalmente buenos y que se sienten incómodos ante situaciones misóginas o sexistas, pero que a la vez casi todos callan porque piensan que el resto está de acuerdo con el que hace la “broma”. De esta manera, la campaña pretende hacer ver esta realidad a esa mayoría para que actúe, porque si no son también parte del problema. Esto va en la línea de las evidencias, de que solo una minoría son hombres violentos o con perfil dominante (Masculinidad Tradicional Dominante).
La iniciativa escocesa, que ha tenido seguimiento mediático, se centra en comportamientos que tienen nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo, hombres que conocemos; en relación a los comportamientos, se refiere a atajar de raíz las “bromas” machistas (no son bromas, es violencia), comportamientos sexistas o lenguaje violento hacia las mujeres; no se centran en los actos extremos de violencia de género, sino en cómo los primeros dan lugar a los segundos si tus iguales no te dejan claro que eso no se puede permitir.
Plantean el diálogo y la presión social como herramientas para usar la influencia que se tiene entre amigos y conocidos de manera transformadora. Resulta curioso que presentan un posicionamiento valiente pero desde un enfoque individual y no grupal, buscando otro momento para comentar y explicar a ese compañero que tal comportamiento no fue apropiado. Argumentan que si no, enfrente del resto del grupo, se pondrán a la defensiva y no servirá. Su enfoque es “habla con tu compañero, atrévete a tener esa conversación difícil”.
Ante un hombre con un perfil MTD no tiene sentido pretender dialogar, porque ellos ahí no quieren cambiar, de hecho, a su parecer les va bien así. La campaña no lo plantea, pero nosotros sí: ¿quieres que siga siendo tu amigo o incluso tu colega alguien que sigue teniendo estas actitudes dominantes de manera continua? Además, hay distintas maneras de posicionarse que pueden realizarse con el grupo y tener éxito, como no reír el comentario, irte, poner una cara de sorpresa, cambiar de tema o incluso comentarlo de manera casual. En cualquier caso, los enfoques preventivos dialógicos son los que han evidenciado más mejoras, como por ejemplo para este caso podría ser hacer tertulias dialógicas en grupos de hombres, ya sean en el instituto o entre amigos de toda la vida.
En conclusión, esta campaña tiene elementos transformadores y algunos exclusores (erróneos o confusos), porque no tiene en cuenta todas las evidencias científicas que desde hace décadas combinan las claves para la prevención de la violencia de género y las masculinidades. En este sentido, sabemos que no hace falta solo valentía y buena voluntad, sino que solo sumando a esto ciencia de impacto social es como podremos acabar con la violencia de género. La campaña a través de #DontBeThatGuy ha abierto un diálogo con la ciudadanía, y puede ser una buena herramienta para aportar evidencias científicas de impacto social.
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