Un libro recientemente publicado clarifica que la sociología se basa mucho más en sus fundadoras que en sus “padres”. Afirma que cualquiera “puede comprobar que ellas pusieron más que ellos el foco en género, desigualdades, educación, pobreza”, los temas y dimensiones hoy claves de esta ciencia social.
Hasta ahora, la mayor parte de la reivindicación del papel de las mujeres en la sociología se había centrado más en que había que reconocer también sus aportaciones. El extraordinario trabajo de los movimientos feministas por acabar con la invisibilización de las mujeres en la ciencia está posibilitando que nos libremos del yugo que en universidades feudales nos obligaba a incluir solo a los “padres” en los programas y textos de teoría sociológica.
Ese mismo trabajo feminista posibilita que con este libro se dé un necesario paso más al suprimir ese “también” y demostrar que los trabajos de la sociología actual tienen mucho más que ver con las aportaciones de sociólogas clásicas como Jane Addams o Marianne Weber que con las de Émile Durkheim o Max Weber. Por primera vez se publica que fue una mujer la principal fundadora de la sociología. Esta obra aporta elementos que permiten desvelar las maniobras para excluir de la sociología a quien fue su principal fundadora y recibió un premio nobel de la paz: Jane Addams. Durante la primera guerra mundial, mientras ella promovía las acciones de mujeres por la paz, Émile Durkheim y Max Weber actuaron como “patriotas” favorables a la guerra (en bandos opuestos) y no como sociólogos.
Los dos principales argumentos para excluir a Addams son que no era profesora universitaria y que era trabajadora social y no socióloga. El primer argumento excluye de la sociología a la mayoría de sociólogos y sociólogas, puesto que trabajan en sitios diferentes de la universidad; además Addams fue cofundadora del primer departamento de sociología del mundo y luego prefirió trabajar en la Hull House. El segundo argumento necesita esconder que la cátedra de Durkheim no era de sociología sino de pedagogía y que Max Weber era profesor de economía y solo sus tres últimos años dirigió un instituto de sociología.
Después de la publicación de este libro, ya es inevitable que se restablezca la verdad. Habrá resistencias a explicarla a estudiantes y a la misma sociedad, se inventarán nuevos argumentos para seguir manteniendo una exclusión que tanto perjudica a la sociología y la ciudadanía, pero esas resistencias solo harán más lento el cambio, no lograrán evitarlo.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)
- Más