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Las mujeres y niñas de Kenia caminan unos siete kilómetros para encontrar agua, sin la seguridad de que haya. Los ríos están prácticamente secos, concretamente en algunas zonas el 90% de las fuentes de aguas se han secado. Esta situación ha provocado que las cosechas y el ganado se pierdan lo que lleva a más de cuatro millones de personas a luchar contra una situación de hambre severa. 

La ONU calcula que más de 134.000 mujeres que habitan en las zonas afectadas están  actualmente embarazadas o amamantando a sus bebés y se ven afectadas por la sequía con una situación de anémia o de desnutrición. 

Muchas de ellas tienen que caminar horas para llegar a un pozo y esperar a obtener la deseada agua. Un tiempo que incrementa la exposición al riesgo de violencia. Asimismo, las mujeres y las niñas tienen poco o ningún acceso a las instalaciones sanitarias o a los servicios de protección y apoyo,  cuando más los necesitan.

La organización internacional señala que  pruebas de que la violencia de género, la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil han aumentado desde la sequía. 

Con la finalidad de ayudar a proteger a las mujeres y a las niñas de las consecuencias de la sequía en su salud, seguridad y bienestar, el UNFPA de la ONU está distribuyendo kits de salud y dignidad materna en toda Kenia. Unos kits que contienen artículos de higiene esenciales para las mujeres y las niñas, y artículos de apoyo a las nuevas madres, así como una linterna que funciona con energía solar y un silbato para pedir ayuda en caso necesario. Además, la UNFPA también proporciona derivaciones gratuitas al hospital y traslados en ambulancia para las mujeres con emergencias obstétricas y bebés.

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