Kate Isaacs ha denunciado recientemente el uso del deepfake como violencia sexual digital según informa BBC news. Kate identificó como se había utilizado su cara sin su consentimiento para incluirlo en un vídeo de pornografía que circulaba en las redes. Un vídeo que utilizaba su imagen sin su consentimiento consistía en una violación sexual digital según la propia superviviente.
Las deepfakes son usos de videos o imágenes falsas donde se incorpora rostros e incluso voz a material audiovisual para falsear la identidad y generar así contenido audiovisual falso. En sí mismo el hecho fraudulento tiene un impacto negativo en las personas afectadas, pero si además se añade que dicho contenido es contenido sexual la experiencia tal y como transmite Kate Isaacs, es constituyente de una violación sexual digital, con secuelas psicológicas similares.
En el caso de Kate Isaacs, una activista anti pornografía no consentida conocida, se utilizaron imágenes de una entrevista emitida en televisión, etiquetándola al compartirlo en Twitter y el impacto de tal violación digital fue horroroso según declara Kate Isaacs en BBC.
Actualmente existen apps disponibles donde se pueden crear videos deepfake y ello conlleva un riesgo real de posibles violencias sexuales digitales, por tanto las leyes, y las propias políticas empresariales propietarias de dichas apps deben aplicar mecanismos para la no creación de este tipo de vídeos, o como mínimo detección y eliminación antes de su publicación.
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