
La red catalana de entidades de diálogo interreligioso coordinada por AUDIR, y formada por una veintena de entidades presentó ayer públicamente su Manifiesto sobre violencia de género y religiones, donde incluye su posicionamiento de crear espacios seguros para superar la violencia machista y la violencia de género aisladora, así como la promoción de espacios horizontales donde se supere la desigualdad de género.
La presentación se ha iniciado con la bienvenida a cargo de Agustí Iglesias, experto de diversidad religiosa del departamento de Afers Religiosos de la Generalitat de Catalunya, resaltando la valentía de dicho posicionamiento y felicitando por la iniciativa también de parte del nuevo director general de Afers Religiosos Carles Armengol. A continuación, Montse Castellà Olivé presidenta de AUDIR ha compartido la satisfacción de la presentación de este manifiesto, así como la necesidad de seguir trabajando para que haya una transformación real profunda de mejora en las relaciones humanas donde la violencia no exista. La presentación de manifiesto ha sido precedida por la lectura de reflexiones realizadas por parte de mujeres de diferentes tradiciones religiosas, sintetizando en sus palabras como la actitud de fomentar relaciones pacíficas y rechazo a cualquier tipo de violencia es un valor universal presente en todas las religiones.
Fruto de un proceso dialógico y participativo, el manifiesto es el resultado de un proceso formativo que culminó el pasado 27 de noviembre de 2021 en Barcelona. Durante los meses previos los distintos grupos reflexionaron a través de materiales formativos las evidencias científicas que sí aseguran la superación de la violencia de género. La jornada fue el espacio para poner en común los resultados, y el manifiesto el resultado final del diálogo propiciado. La autocrítica en cada uno de los espacios ha sido un eje transversal, desde la idea de la mejora social y la transformación.
Tal y como se recoge en el manifiesto, la violencia de género está presente también en las diversas instituciones religiosas, igual que en otros ámbitos de la sociedad, y ante esta realidad, se sugiere como transformarla a través de los siguientes puntos consensuados entre los diferentes grupos de diálogo interreligioso participantes de este proceso.
Un primer apunte es que las propias comunidades, que deben ser los entornos de confianza y acogida más cercanos a las víctimas, pueden llegar a ser (y en muchas ocasiones así lo han sido), espacios donde sea posible romper el silencio de la violencia de género, lugares dónde se realicen actuaciones en apoyo a las víctimas o, simplemente, las acojan por ser zonas seguras dónde se rechaza y no se consienta ningún tipo de violencia.
Las sugerencias elaboradas por consenso incluyen;
- Identificar de la violencia, las desigualdades, discriminaciones y abusos por razón de género y trabajar para prevenirlas correctamente.
- Que las comunidades religiosas y espirituales se conviertan en espacios seguros para la superación y prevención de la violencia. Por este motivo, son del todo necesarias las intervenciones provenientes de diversas comunidades destinadas a proteger a las víctimas, para ofrecerles apoyo cuando decidan romper el silencio, así como que también puedan cubrir a las personas que apoyan a las víctimas de una violencia de género aisladora.
- Colaborar activamente con las iniciativas sociales, las de derechos humanos y las organizaciones feministas de nuestro entorno para poder trabajar sinérgicamente con eficacia y eficiencia, de modo que permita, desde cualquier institución, también las religiosas, llevar a cabo una reflexión en profundidad de las causas de la violencia machista que ayude a implementar acciones efectivas de detección, apoyo a las víctimas, rechazo público y erradicación de la violencia de género
Y para promover la igualdad de género se sugiere
- Utilizar un lenguaje inclusivo.
- Formar a las personas creyentes en la relectura de los textos sagrados, desde una perspectiva de género.
- Fomentar la igualdad de oportunidades.
- Generar estructuras de organización horizontal, no jerárquicas.
- Romper estereotipos y prejuicios que perjudican a las mujeres.
- Dar gran importancia a la educación y formación en valores desde la infancia.
Para finalizar el acto se ha abierto un turno de palabras para compartir valoraciones de este momento histórico, y pionero. Se ha contado con la participación de Lena de Botton, del grupo de diálogo interreligioso del CREA – UB; Samia Selmani, Presidenta de las Amitiés Interreligieuses de Roussillon (Perpiñán); Gloria Vallejo, de la Mesa Interreligiosa de Alicante; Maria Martínez, del Grupo de Diálogo Interreligioso del Foro de Hospitalet y Lourdes Perramón, Superiora General de las Hermanas Oblatas. Todas las intervenciones han coincidido en que la clave es seguir promoviendo la red para seguir transformando esta realidad, visibilizando las acciones que sí superan la violencia de género, promoviendo un camino conjunto donde el sueño de un mundo mejor sin violencia sea posible.

Directora de DF Diario Feminista. Profesora de Periodismo y Comunicación Universitat Autònoma de Barcelona.
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