Una prueba médica de virginidad pretenden determinar si una mujer nunca antes ha tenido relaciones sexuales de penetración. La exploración suele consistir en la inspección del himen centrándose en la hipótesis de que éste sólo se puede romper como resultado de un coito. A pesar de la falta de evidencia sobre su utilidad médica y el riesgo de lesiones que puede conllevar su práctica, profesionales de la salud en múltiples entornos continúan practicando este tipo de pruebas, incluso como parte del protocolo para evaluar una agresión sexual. Investigaciones aconsejan a los países y gobiernos revisar sus políticas y avanzar hacia su prohibición ya que los estudios han hallado que el examen del himen no predice de manera fiable y precisa si la mujer ha tenido o no relaciones sexuales con penetración de pleno consentimiento. A ello se añade que este tipo de exploraciones en sí mismas pueden causar daños físicos, psicológicos y sociales a la persona.
Hace unos días, diversos medios digitales se hacían eco de la inminente entrada en vigor de la prohibición de las pruebas de virginidad en Kosovo, país en el que, a partir de esta semana, este tipo de exámenes están considerados una violación de los derechos humanos. Según anuncia el medio Euractive.com, esta medida no viene sola sino que, en coherencia con las orientaciones de la Unión Europea, se endurecerán las sanciones a la violencia doméstica, agresión sexual y violación.
Es sin duda una buena noticia por tratarse de un procedimiento que se practica desde la medicina y que supone un riesgo para la salud de las mujeres sin garantizar fiabilidad y las mujeres necesitamos conocer las evidencias científicas que mejoran nuestras vidas, no prácticas que las ponen en peligro y que éstas se hagan efectivas a través de las políticas. Más allá de este hecho y las implicaciones sociales que conlleva, es esencial no perder de vista que lo más importante para seguir caminando hacia la libertad para todas las personas es defender el derecho de toda mujer a elegir cómo quiere que sea su vida sexual sin que nadie venga a imponernos, ni siquiera entre nosotras mismas, qué opción es mejor.
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