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La investigación independiente realizada por Sally G. Yates  ha presentado los resultados sobre la situación de acoso y abusos  realizados en la NWSL de fútbol femenino de Estados Unidos. Tal y como expone Yates destaca la valentía de las jugadoras que han decidido contar y denunciar el acoso sufrido y se espera que la implementación de las recomendaciones genere un cambio real.

A petición de las propias jugadoras que decidieron romper el silencio ante las conductas abusivas y acoso sexual, decidieron no volver a jugar hasta que se tomara en serio sus denuncias y hubiera un cambio en la institución. 

La investigación completa y rigurosa a través de más de 200 entrevistas a ex jugadoras y jugadoras, ha destapado una situación sistemática donde el abuso y la mala conducta verbal, abuso emocional y conducta sexual inapropiada se ha dado en diferentes equipos, entrenadores y víctimas.  Y esta conductiva agresiva se da desde la liga juvenil donde el abuso verbal es cotidiana y los límites profesionales no se respetan.

 En más de 200 entrevistas,  se han recogido testimonios de conductas degradantes, manipulación, abuso de poder, y represalias ante aquellas jugadoras que decían denunciar dichas situaciones.

Lo más grave, según el informe, son las situaciones de acoso y agresión sexual, las jugadoras han descrito un patrón de comentarios de interacciones sexuales no deseadas que van desde comentarios, tocamientos e incluso actos sexuales coercitivos.

Se destaca como la federación ha fallado en su responsabilidad de proteger a las jugadoras en crear un entorno seguro, en no atender adecuadamente las denuncias, es más, en silenciarlas e incluso en no posicionarse ante las represalias.  Uno de los hechos que lo demuestran es que ante los entrenadores denunciados en lugar de sacarles la licencia de poder seguir entrenando los iban pasando de club en club, eludiendo así su responsabilidad, y poniendo en peligro a otras jugadoras.  El informe ofrece recomendaciones para aplicar medidas que garanticen que las jugadoras puedan desarrollar su deporte en un espacio seguro, donde se las respete y donde no haya cabida ninguna conducta agresiva.

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