
En ciertas ocasiones en que he visto la necesidad de posicionarme frente a un comentario homófobo o un comentario dominante, me ha dado seguridad la frase del revolucionario científico Ramón y Cajal: “¿No tienes enemigos? ¿Es que jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia?”
Cuando planteamos el distintivo característico de las Nuevas Masculinidades Alternativas (NAM) frente a otros discursos sobre masculinidades, siempre destacamos la seguridad, la valentía y la fuerza unidas a la bondad y el rechazo de la violencia. Y esta diferencia es esencial, puesto que, si no, estaríamos hablando de masculinidades oprimidas, que dada su falta de autoconfianza prefieren no meterse en líos y no enfrentarse a situaciones o personas machistas o injustas; así, pasan desapercibidos, incluso pueden mantener un “buen rollo”, pero así no transforman nada, y su imagen queda reducida a la de sumisos.
Pero desde las NAM aceptamos que las actitudes comprometidas e igualitarias, cortando alas a la violencia, a veces generan conflictos con personas dominantes y quienes les siguen o querrían serlo, y que tiene que ser así. Nos podemos encontrar situaciones así en el patio del colegio, en una clase de universidad, en un café de trabajo o de fiesta. Plantarnos y no permitir un comentario despreciativo puede tomar muchas formas, sin necesidad de entrar al juego violento: un “delante de mí no hagas estos comentarios”, no reír un chiste cosificador o informar a la persona difamada son formas distintas. En cualquier caso, no nos sometemos a un ambiente sin libertad que personas dominantes quieren imponer, porque no deseamos ser sus colegas ni entrar en sus dinámicas.
Tampoco es cuestión de ser kamikazes, porque otra evidencia científica queda reflejada en Fuenteovejuna: juntos, haciendo piña con más amistades y personas igualitarias, logramos posicionarnos con más éxito, y ganamos más de lo que perdemos. Recogiendo la frase de Ramón y Cajal, seguramente el posicionamiento genera enemistades porque hay personas violentas que no quieren que se les acabe su coto de caza, pero actuar en estas situaciones como NAM no nace desde el odio, sino justamente desde el amor y la justicia, y esto nos da fuerza.
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