Un año más, la Fundación ANAR en colaboración con la Fundación Mutua Madrileña ha presentado su IV Informe con la opinión de los y las estudiantes, al que se le añaden las aportaciones del profesorado, sobre la prevención del acoso escolar.
El informe se elabora tras la realización de talleres de concienciación para la prevención del acoso donde ha participado una muestra definitiva de 5123 alumnos y alumnas y 229 docentes de diferentes colegios e institutos durante el curso escolar 2021-2022. La finalidad de los talleres era medir el impacto de la formación en las personas participantes antes y después de las sesiones de sensibilización,en cuanto a las percepciones y actitudes que muestran las víctimas, los y las acosadores así como los espectadores en un entorno donde se perpetúa el acoso.
Los resultados arrojan información sobre la incidencia del acoso escolar y la incidencia del ciberbulliyng; también se detallan cuáles son las percepciones que tienen los y las estudiantes así como las del profesorado y también qué tipo de acciones son efectivas para frenar y acabar con el acoso.
Según las opiniones de los y las estudiantes, un 24,4% del alumnado cree que hay alguien en su clase que está sufriendo acoso escolar; estas agresiones suelen llevarse a cabo por varias personas acosadoras; se constata que ha habido un aumento de las agresiones en grupo. Es por ello que se considera necesario promover en nuestro alumnado actitudes upstander. Cualquier persona observadora y/o conocedora de una agresión, incluyendo también los entornos digitales, no puede quedarse parada, no puede mirar hacia otra parte, determinadas actitudes de inacción les hacen cómplices de las agresiones. Deben posicionarse siempre a favor de la víctima, mostrándole su apoyo y denunciando la situación a terceras personas para intentar frenar el acoso y evitar consecuencias mayores. Cuántas más personas se solidaricen con las víctimas más difícil lo tendrán los y las acosadoras para continuar agrediendo.
Por otro lado, uno de cada cuatro participantes reconoce haber podido intervenir en una situación de acoso escolar sin darse cuenta. Estos datos nos hacen reflexionar sobre la importancia de aprender a identificar qué es la violencia pues ésta se manifiesta de muchas maneras, más o menos explícitas pero con el denominador común que coartan la libertad de las personas que la padecen y que les hacen sufrir. No podemos ignorar estas situaciones, normalizando y al mismo tiempo justificando que estas formas de agresión forman parte del proceso de relación entre iguales porque no es cierto.
Existen intervenciones eficaces que se describen en el informe tales como el posicionamiento activo a favor de la víctima, la importancia de las denuncias, el diálogo y la comunicación en la resolución de conflicto, la formación del profesorado o la implementación de protocolos de actuación, entre otros.
La formación en evidencias científicas es la clave para erradicar el acoso escolar. Por suerte, en los centros escolares ya contamos con actuaciones como Club de Valientes Violencia 0 que han demostrado tener impacto social, que permiten crear lugares seguros donde crecer, que previenen y evitan cualquier forma de violencia generando espacios de diálogo donde las personas valientes, seguras de sí mismas con grandes valores de bondad, equidad, igualdad y solidaridad se posicionan siempre al lado de la víctima al denunciar todo tipo de agresiones.
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