El acoso sexual es aún prevalente y algunos estudios calculan que la mitad de las mujeres trabajadoras sufrirán acoso sexual durante su vida laboral, teniendo más probabilidades de ser víctimas que los hombres. La cultura de las organizaciones es responsable, en gran medida, del silencio que rodea los casos de acoso sexual en trabajo. Muy pocas víctimas denuncian por miedo a represalias y la falta de apoyo de sus superiores o compañeros de trabajo.
No obstante, las redes sociales e internet han proporcionado un espacio virtual para que comunidades de mujeres se pongan en contacto y rompan con la cultura del silencio en torno al acoso sexual. El impacto del #MeToo en 2017 es un claro ejemplo de ello, llegando a alcanzar 4,7 millones de usuarios que en 24h emplearon el hashtag.
En la investigación An Exploratory Investigation Into Women’s Experience of Sexual Harassment in the Workplace publicada recientemente en la prestigiosa revista Violence Against Women, analizaron 199 comentarios realizados en un foro público virtual en el que se preguntaba “¿Qué es lo más salvaje que te ha pasado como mujer trabajadora?”. El equipo de investigación analizó los temas que surgían en las respuestas encontrando varios resultados con mayor presencia:
- Un acoso endémico: las mujeres describieron que el acoso sexual formaba parte de la realidad de las mujeres trabajadoras, que estaba normalizado.
- Desequilibrio de poder: las mujeres explicaron que las dinámicas de poder en el lugar de trabajo influyeron negativamente. En muchos comentarios expresaron que el acosador tenía una posición de poder sobre la víctima lo que dificultaba que esta se enfrentara o le denunciaran. Se identifican situaciones de abuso de autoridad. Tener que soportar situaciones de acoso por parte de clientes.
- Aislar para dominar: cuando mujeres y hombres estaban en una situación más equilibrada respecto a sus puestos en el lugar de trabajo, algunas mujeres identificaban que hombres las acosaban sexualmente generando situaciones de aislamiento, falta de apoyo y posterior dominación.
- Está en la cultura: la falta de respuestas efectivas por parte de las organizaciones como causa de la falta de denuncias y perpetuación de la cultura del silencio. Estas situaciones incluyen “culpar a las víctimas” cuando estas relatan lo ocurrido. Dentro de esta cultura organizacional el equipo de investigación encuentra la normalización en el día a día, el transmitir el mensaje de “así son las cosas”.
A pesar de que la pregunta que se analizó en la investigación no era específica sobre acoso sexual, el 86,5% de los hilos de conversación detallaban situaciones de acoso sexual, lo que pone de manifiesto su omnipresencia en el contexto laboral. Como afirma el equipo de investigación, existe la esperanza de que el creciente número de voces de mujeres que usan las redes sociales y las comunidades virtuales pueda cambiar el clima de las organizaciones y promover tolerancia cero hacia el acoso sexual de las mujeres en el trabajo y en su vida cotidiana.
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