
Desde el diseño urbano hasta los proyectos de construcción, desde el transporte público hasta las sillas, las mujeres no han participado en el proceso de creación de todo lo que nos rodea. Los efectos de este desequilibrio son evidentes en todas las ciudades: calles estrechas y mal iluminadas, muros altos que favorecen la sensación de encierro e inseguridad, o barrios con horarios de transporte público que no se adaptan a los horarios de las mujeres, que suelen incluir más cuidados y responsabilidades.
Cuando proyectamos en los demás, proyectamos nuestra interpretación de sus necesidades, y cuanto más divergente sea nuestra experiencia y comprensión de las suyas, más probable será que nos equivoquemos. Esto ocurre cuando un hombre diseña para miles de mujeres. Pero algunas ciudades del mundo han empezado a adoptar comités de mujeres en sus proyectos urbanos para añadir una visión femenina a las ciudades. Según ArchDaily, en Umeå, una ciudad sueca, las responsables de la igualdad de género Dalén y Linda Gustafsson evalúan las decisiones de política y planificación urbana -desde el diseño de nuevos parques y proyectos de vivienda hasta el desarrollo de un nuevo carril bici- para asegurarse de que también satisfacen las necesidades de las mujeres que utilizarán las infraestructuras.
Además, según los arquitectos, diseñar para las mujeres ayuda a crear un sentimiento de pertenencia y seguridad que hace que personas de diferentes generaciones y orígenes se sientan bienvenidas. Umeå lleva ventaja en lo que se refiere a rediseñar las ciudades para las mujeres: desde 1978, un comité de igualdad de género ha sopesado las políticas de la administración municipal desde una perspectiva de género. El enfoque de Umeå ha llamado la atención de diseñadores urbanos y responsables políticos de toda Europa, y en 2019 la ciudad fue seleccionada como socio principal de la red Gendered Landscape organizada por URBACT, un programa financiado por la Unión Europea.
Las iniciativas también incluyen pequeñas acciones como la señalización de los pasos de peatones mediante carteles de advertencia que representan a un hombre y a una mujer en lugar de utilizar siempre el símbolo masculino, además de nombrar plazas, escuelas y monumentos con nombres de figuras femeninas (la gran mayoría llevan nombres de hombres). Estas acciones forman parte de las prácticas de Design Justice, una rama de la arquitectura y el diseño centrada en el rediseño de ciudades, productos, servicios y entornos teniendo en cuenta la reparación histórica.
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Primera víctima en ganar un caso en las universidades españolas. Coordinadora del Metoo University.
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