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El nuevo informe de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), publicado el pasado 7 de julio, consiste en un seguimiento del progreso global de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Su objetivo es el de monitorizar y evaluar las crisis a las que se enfrenta el mundo y cómo estas impactan en el cumplimiento de estos 17 objetivos analizando también cómo el retraso de los mismos podría afectar a la vida de las personas y las comunidades. Lo hace a través de indicadores y el uso de los últimos datos y estimaciones disponibles más recientes. 

Desafortunadamente, los datos recogidos en el presente informe en los más de 200 países y territorios y de los que han participado más de 50 agencias internacionales y regionales están fuertemente marcados por los efectos de la pandemia. La COVID-19 afectó negativamente al seguimiento de casi la totalidad de los ODS reduciendo en algunos casos de manera drástica los avances alcanzados hasta el momento. El impacto y consecuencias son mucho mayores para los países y poblaciones más vulnerables. 

Algunos de los datos que presenta el informe con respecto a objetivos como Fin de la pobreza es que se estima que se han borrado más de 4 años de progreso para mitigar la pobreza en el mundo por los efectos de la pandemia mundial que ha empujado a 93 millones más de personas en todo el mundo a niveles de pobreza extrema en 2020. Con respecto a Hambre cero, se calcula que todavía en torno a 1 de cada 10 personas en el mundo sufre hambre. 

En otros ámbitos como Educación de Calidad también se han registrado grandes retrasos en los objetivos conseguidos hasta el momento; además de que 147 millones de niños perdieran más de la mitad de las clases presenciales es posible que 24 millones de alumnos y alumnas (de preescolar a la universidad) jamás regresen a las aulas. Con respecto al objetivo de Trabajo decente y crecimiento económico se calcula que el 10% de la infancia participa en el trabajo infantil en el mundo; esto son 160 millones de niños y niñas además de los 9 millones adicionales que se encuentran en riesgo de ser empujados al trabajo infantil para finales de 2022. También la crisis causada por la guerra de Ucrania provocó que la cifra de refugiados alcanzara su récord máximo: 100 millones de personas desplazadas de manera forzosa en el mundo en mayo de 2022 siendo el 41% niños y niñas. 

Asimismo, aunque la mayoría de los efectos de las crisis mundiales ha impactado negativamente en el seguimiento de estos objetivos alejando a muchas personas en el mundo de una vida más decente, digna y justa; el informe destaca también escenarios a los que la crisis ha abierto las puertas a nuevas oportunidades y formas de pensar. 

Por un lado, ha crecido el porcentaje de usuarios de internet de un 54% en 2019 a un 63% en 2021. También, pese a los negativas repercusiones que tuvo la pandemia en educación se evidenció la enseñanza como un “salvavidas” para los niños y niñas en situación de crisis: se ofreció enseñanza a distancia a 3 millones de niños y niñas ucranianos en medio del caos de la guerra (abril 2022). Finalmente, también a raíz de la pandemia, muchos países mejoraron sus infraestructuras escolares a medida que se reabrieron las clases. Y es que, en este sentido, la pandemia también trajo consigo historias de solidaridad en tiempos de crisis. 

El documento apunta a la necesidad de una acción acelerada para continuar con el progreso de los ODS requerida por la magnitud de los retos y dificultades actuales a los que nos enfrentamos. Apunta como prioridades a poner fin a los conflictos armados emprendiendo el camino de la diplomacia y de la paz.

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