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Los equipos de investigación sobre el autismo se han esforzado por incluir a más mujeres y niñas en sus estudios en los últimos años. Sin embargo, según un nuevo estudio del MIT,  aún la mayoría de los estudios sobre el autismo inscriben sistemáticamente un pequeño número de mujeres o las excluyen por completo.  

Esta falta de representación dificulta el desarrollo de intervenciones útiles o la realización de diagnósticos precisos para niñas y mujeres, según el equipo de investigación. Por lo que la inclusión de mujeres disminuiría el sesgo de la muestra y ampliaría el conocimiento sobre el autismo. 

Annie L. Gabrieli, miembro del Instituto McGovern de Investigación Cerebral del MIT, es la investigadora principal del estudio ‘Exclusion of females in autism research: Empirical evidence for a “leaky” recruitment-to-research pipeline’, que aparece en la revista Autism Research. 

En el campo de la investigación sobre el autismo comúnmente se usa una prueba de detección llamada Programa de Observación de Diagnóstico del Autismo (ADOS) para determinar la elegibilidad de la investigación. La prueba evalúa la interacción social, la comunicación, el juego y el comportamiento repetitivo. Los datos proporcionan puntajes cuantitativos en cada categoría. El equipo de investigación mientras realizaban el estudio  empezaron a notar que al aplicar la prueba ADOS parecía tener efectos desiguales en la participación de hombres y mujeres en la investigación. A medida que avanzaba el estudio, Annie L. D’Mello observó algunas diferencias cerebrales significativas entre los sujetos masculinos y femeninos del estudio.

Una de las consecuencias de la exclusión de las niñas y las mujeres de este tipo de estudios puede conducir a tratamientos que no funcionen para ellas y contribuye a la percepción de que el autismo no afecta a las mujeres, como informa el MIT.

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