Dado nuestro creciente uso de la tecnología en todas las facetas de nuestra vida, el ciberespacio es uno de los sectores más dinámicos y vitales de la economía mundial. Según Forbes, las estadísticas lo demuestran: sólo en 2022, los ciberdelitos han causado más de 2 billones de dólares en daños. Entre 2021 y 2025, el gasto mundial en productos y servicios de ciberseguridad tendrá un coste previsto de 1,75 billones de dólares y, para 2027, se calcula que el sector estará valorado en 403.000 millones de dólares. A pesar de su pertinencia, las mujeres solo representan el 24% del sector, a pesar de tener mayores niveles de educación y ocupar puestos ejecutivos en mayor proporción.
Tradicionalmente, hemos visto la cibernética como un campo tecnológico o de ingeniería, y aunque lo es, sigue evolucionando y expandiéndose. La cibernética está cada vez más dirigida por profesionales que tienen una gran experiencia en privacidad, riesgo, negocios y derecho. Es vital que contratemos a un grupo diverso de personas que puedan desenvolverse con éxito en este sector más ampliamente definido. Las mujeres se están abriendo paso en la tecnología y la ingeniería, y tienen un poder aún más significativo en campos relacionados que ahora son partes vitales de la industria cibernética. Se necesitan personas comprometidas con nuevas ideas sobre cómo enfocar un problema e invertir en su solución y que estén dispuestas a colaborar con otras personas para crear una solución. Es, sin duda, un deporte de equipo.
Es por estas razones que el proyecto “25 Women in Cyber” pretende incrementar la representación de las mujeres en el ámbito explorando los últimos avances en el campo, así como ser más influentes en la industria.
Coordinadora del Metoo University