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El pasado 24  de junio un joven de 22 años, Jesús Ángel Orellana Amigo, fue asesinado por defender a una chica de los ataques de su exnovio. Según varias fuentes, el joven defendió a una chica a la que su expareja estaba agrediendo. Tras mostrar su apoyo hacia la víctima, una chica menor de edad, su expareja apuñaló al defensor, que murió horas después en el hospital Hospital Alto Guadalquivir de Andújar.

Por desgracia, el recibir ataques por defender y apoyar a víctimas de violencia de género no es un caso aislado, sino una realidad muy generalizada e investigada por estudios científicos. Es lo que la comunidad científica internacional denomina Violencia de Género Aisladora (IGV por sus siglas en inglés), es decir, los ataques dirigidos hacia las personas que apoyan a las víctimas de violencia de género con el objetivo de que estas se mantengan aisladas y no puedan recibir ayuda. Las investigaciones han demostrado que el miedo a recibir este tipo de ataques es el principal motivo por el que las personas que no ayudan a víctimas de violencia de género no lo hacen.

Si las personas valientes como Jesús Ángel no reciben apoyo del entorno y de la sociedad, este tipo de ataques se seguirán perpetuando, y hasta que no se elimine la IGV no se podrá superar la violencia de género. Para eliminar la violencia de género es imprescindible, por lo tanto, apoyar a quien apoya, e ir todos a una, como Fuenteovejuna, a apoyar a las víctimas de violencia de género y de IGV.

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