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La última estadística de violencia de género y doméstica del Instituto Nacional de Estadística (INE) saca a la luz datos que muestran que el mayor aumento del maltrato se da entre los y las menores de 18 años. Aunque cabe señalar que las evidencias que ofrece el INE no permiten dilucidar si esta subida se debe a un aumento de denuncias, una subida de violencia o conocer de manera proporcional ambas.

Según El País, las cifras del último informe basadas en los datos de 2021, señalan que la adolescencia es el grupo de edad que más ha aumentado en denuncias y en víctimas respecto al 2020, siendo este aumento de un 70%. Y entre las adolescentes donde más lo ha hecho es en número de víctimas, un 28,6%. 

Las prevalencias son obtenidas de las denuncias y víctimas con orden de protección o medidas cautelares dictadas inscritas en Registro Central para la protección.  Hay que tener en cuenta que la actual Ley 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género no contempla aquellas violencia que se da fuera de la pareja o expareja, es decir, el reciente caso de Igualada no es contemplado como violencia de género. 

Las cifras también recogen datos sobre las personas agresoras y, como ya viene mostrando las investigaciones científicas que abordan este tema, el perfil de persona agresora no tiene que ver con la edad, el origen cultural, la situación económica o estudios. Más bien con un aprendizaje social basado en la promoción de modelos violentos que se imponen con más fuerza en estas edades, presionando a que determinados modelos más agresivos sean reconocidos como los más valorados. Esto hace evidente la necesidad de una sensibilización social efectiva que asegure una transformación social de estos patrones. 

Los datos que aporta el INE, de nuevo, alertan de la necesidad de hacer frente a esta realidad y acercar a los y las adolescentes las evidencias científicas que protegen de la violencia de género. Un asunto urgente que ya están abordando iniciativas como la Plataforma de Evidencias Científicas de Género, SAPPHO. Sin duda se destaca su gran labor al conseguir abrir la participación a la ciudadanía en la ciencia a través de un espacio de debate y reflexión en torno a los temas que más preocupan sobre temas relacionados con el género en base a las evidencias científicas. Pues, por ejemplo,  podría suponer un cambio muy significativo en la libertad de elección de los y las adolescentes si previamente conocieran la importancia que tiene el primer aprendizaje amoroso en la construcción de las futuras relaciones.

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