Como muchas veces se ha comentado, la pandemia actual ha tenido también aspectos positivos como, por ejemplo, el rápido avance para mejorar o crear aplicaciones tecnológicas que nos han brindado la oportunidad de vernos y oírnos para no perder el contacto e interaccionar de una manera alternativa. Por otro lado, a pesar del incremento de las dificultades de los grupos más vulnerables de la sociedad, las ganas de transformar las dificultades en posibilidades han conseguido no parar la mejora social.
En el artículo Connecting Roma Communities in COVID-19 Times: The First Roma Women Students’ Gathering Held Online, publicado en la revista científica international ‘Journal of Environmental Research and Public Health’, se analiza el encuentro organizado por la Asociación de Mujeres Gitanas ‘Drop Kotar Mestipen’, la 19a Trobada de Mujeres Estudiantes Gitanas, que se llevó a cabo de manera virtual. En este espacio, las participantes dialogan de forma compartida sobre las dificultades que encuentran y debaten y llegan a acuerdos sobre las mejores maneras de superarlas. Entre los debates planteados, las 25 mujeres gitanas y las otras 5 mujeres invitadas, hablaron sobre las redes de solidaridad entre las mujeres gitanas, la protección de las personas ancianas y acerca de cómo, en vez de pensar individualmente, se debe priorizar el bienestar de la comunidad. Debates sobre cómo organizarse durante los complicados meses de la COVID para cubrir las necesidades básicas de las familias o coser mascarillas para las personas que las requerían, a la creación de grupos de WhatsApp para ayudar a los niños y las niñas con los deberes y para compartir información correcta de la crisis sanitaria supusieron una gran transformación.
Tal y como lo describe la investigación, esta Trobada fue un espacio en el que no tener acceso a Internet no implicaba un problema. Con el objetivo de que toda mujer que quisiera participar lo pudiera hacer, se ofreció apoyo para conseguir que cualquier mujer gitana que lo deseara pudiera tener la oportunidad de compartir sus vivencias con las otras. Solidaridad por parte del equipo técnico, del voluntariado y también de la comunidad fueros las claves del éxito del encuentro.
Tal y como la evidencia científica lo demuestra, si queremos avanzar, no hay que dejar a nadie atrás y la comunidad gitana es en esto un ejemplo a seguir.
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