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El Ayuntamiento de Albal (Valencia), de forma pionera a nivel nacional, decidió fijar en 800 euros las sanciones para los puteros y eximir de multas a las mujeres que ejercen la prostitución. El detenonante para tomar esta decisión fue el asesinato, en 2004 y 2021,  de dos jóvenes prostituidas, según informa EFE

La medida impulsada por el consistorio ha recibido algunas críticas de parte de algunos vecinos que dan que pensar pero, también ha recibido halagos de parte de entidades contrarias a la violencia machista y la trata de mujeres como el Colectivo por la Sororidad de Albal o el Front Abolicionista. 

Hasta el momento son 12 los puteros que han sido multados, solo uno residente en Albal y el resto de localidades cercanas como Torrent, l’Alcúdia, El Puig, Valencia, Carcaixent o Valencia y prácticamente todos han abonado la cantidad lo más rápido posible porque no quieren que la multa llegue a sus casas. Según el Alcalde, Ramón Marí, los puteros multados reaccionan muy mal, incluso uno de ellos llegó a decir que le habían arruinado la vida porque su mujer estaba embarazada.  

Marí asegura que las mujeres prostituidas son víctimas y su objetivo es que su modelo de ordenanza contra la prostitución sea adoptado por el resto de municipios tanto de la Mancomunidad de l’Horta Sud, como del resto de Valencia. De hecho, Quart de Poblet (Horta Est) ya lo ha aprobado y prevé multas de hasta 3.000 euros.  

Teresa Moyano, la presidenta del Colectivo por la Sororidad de Albal, afirma que esta ordenanza le parece fantástica porque pone el foco sobre el putero y no sobre la mujer explotada. Moyano añade que es importante que el hombre se sienta multado y que le hagan ver que lo que hace no es tolerable. 

Carol L. fue víctima de la captación para la prostitución y es activista del Front Abolicionista y miembro del Foro Valenciano para la abolición de la prostitución y asegura que es un ejemplo y un modelo a seguir en contrapunto con las normativas que únicamente sancionan a las mujeres prostituidas. 

Marí por su parte ve la necesidad de que esta lucha sea una acción conjunta porque de lo contrario, las iniciativas aisladas se quedan como “el Quijote”. 

Ojalá estas normativas se extiendan y se sigan sumando hombres y mujeres a la lucha por la superación de la esclavitud del siglo XXI en favor de la libertad de todas las mujeres. 

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