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Muchos son y han sido los tópicos que se han reproducido desde antaño para responsabilizar a las víctimas de sufrir agresiones sexuales. Opiniones que aluden a su forma de vestir, de moverse, de ir, de bailar, etc. Dichos comentarios machistas constituyen un acoso reiterativo, ya que responsabiliza a las víctimas de lo ocurrido y justifica a los abusadores de lo cometido. Esta culpabilización asume un nivel más de perjuicio y de gravedad cuando a quienes se culpabiliza y responsabiliza de los acosos que se producen son personas menores de edad.

Algunos medios de comunicación han publicado datos en los que se destaca el alto porcentaje de profesorado en Galicia que afirma que las alumnas les provocan. Una afirmación de por si completamente machista, ya que pone el foco de la responsabilidad y la culpa que se generan hacia chicas menores, a las mismas chicas, en vez de responsabilizar a quienes ejercen el acoso.

No romper con la difusión y la culpabilización de las chicas y especialmente las niñas ante el acoso sexual conlleva directamente su posterior revictimización, descrédito y aislamiento, mientras se justifica al abusador, lo que es una postura profundamente machista que desprotege a la infancia ante posibles situaciones de acoso. Además de ser totalmente ridículos a la altura del siglo XXI en la que estamos.

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