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Cada vez son más las evidencias que arrojan luz sobre una enfermedad de la que poco se habla pero que afecta a un alto porcentaje de personas, en concreto de mujeres, que han padecido COVID 19: el Long COVID o COVID persistente. 

El Long covid deja síntomas muy diversos por más de 12 semanas y entre ellos se pueden encontrar la fatiga, el dolor muscular, la niebla cerebral o persistencia de alta temperatura. Según la OMS (2021) al menos 1 de cada 5 personas infectadas con COVID 19 experimenta una mala salud persistente después de la fase aguda de la infección (Oficina de Estadísticas Nacionales, 2020). Los predictores por los que unas personas sí contraen el COVID persistente y otras no indican que tiene que ver con el aumento de la edad, seguido por la cantidad de síntomas en el fase aguda y, en particular, ronquera, mayor índice de masa corporal, dificultad para respirar y ser mujer. 

En España la Sociedad Española de Médicos de Familia (2020) publicó una guía que aporta información científica sobre el COVID persistente y es accesible a toda la ciudadanía. Según esta guía, aunque esta enfermedad puede afectar a cualquier persona, en el 50% de los casos la media de edad es de 43 años y el 79-80% de los casos son mujeres. 

Recientemente en la BBC se publicó un artículo que informa de las posibles causas del Long COVID y nos anuncia que el posible tratamiento cada vez está más cerca. Según la BBC las causas más probables de esta enfermedad serían: (1) Coágulos de sangre y daño a los vasos sanguíneos pequeños (microcoagulación); (2) Un sistema inmunológico comprometido; (3) Pacientes todavía infectados con coronavirus: (4) Metabolismo alterado. 

A pesar de que todavía no hay tratamientos efectivos probados para esta dolencia, el hecho de comprender cada vez mejor las posibles causas, está dando nuevas ideas para las terapias. Los altos niveles de inflamación implican que hay buenos argumentos para que los antihistamínicos se vuelvan importantes, dice el profesor Brightling, ya que estos fármacos pueden calmar la respuesta inmune en la misma forma que lo hacen con las alergias. Los medicamentos anticoagulantes también están siendo investigados, al igual que los fármacos que refuerzan la respuesta mitocondrial. Brigthling dice que un estilo de vida más saludable puede ayudar con la gravedad del covid largo aunque hay que ser cuidadosas y siempre consultar con un médico que recomiende el tipo e intensidad para que no se convierta en contraproducente. 

Confiar en los avances científicos dan luz y esperanza a las mujeres y hombres que están haciendo frente diariamente a estos síntomas con los que tienen que aprender a convivir. Es necesario que las evidencias se conozcan y la ciudadanía pueda acceder a ellas para poder tomar decisiones por ejemplo sobre la protección o no frente al COVID más libres y menos coaccionadas.

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