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La actual pandemia ha tenido una cara muy negativa que se ve reflejada en la economía y en la salud, entre otras, pero también una positiva. En un abrir y cerrar de ojos, las tecnologías se han actualizado y avanzado para cubrir nuestras nuevas necesidades: nos han permitido tener cerca lo que estaba lejos, vernos cuando no era posible y seguir con nuestras actividades de manera alternativa.

En el artículo Zoom Interviews: Benefits and Concessions, publicado en la revista científica international ‘Journal of Qualitative Methods’, se ahonda en cómo la pandemia ha ocasionado un verdadero cambio en las entrevistas; concretamente, en el paso de realizarlas en persona a hacerlas a través de una pantalla mediante la aplicación ‘Zoom’. Para analizarlo, se evaluó la participación de 76 hombres canadienses y australianos de entre 26 y 70 años de edad, en entrevistas mediante Zoom. 47 de ellos eran personas que habían experimentado una ruptura sentimental y 29 eran profesionales que trabajan con hombres en el contexto de las relaciones de pareja. El estudio se realizó para conocer el estado de su salud mental en torno a una ruptura sentimental y cómo se consiguió buscar ayuda profesional para ello, todo durante el primer año de la COVID-19.

 

Del análisis realizado, se observaron tres beneficios y tres inconvenientes a la hora de realizar terapia a través de Zoom. En cuanto a los beneficios, se resaltaron los siguientes: 1) un importante valor terapéutico, 2) la idoneidad del hogar como espacio para entrevistas y 3) la reducción de costes. Los hombres sentían que, desde un lugar cómodo como su propio hogar, podían establecer una conexión con su terapeuta. Por otro lado, los costes derivados de realizar la investigación como dietas o desplazamientos, también se vieron reducidos. En cuanto a los inconvenientes, se dieron las siguientes: 1) estar allí de forma diferente, 2) los ámbitos de actuación agitados y 3) la preparación y el ritmo relacionado con la adaptación del entrevistador. Adaptarse a situaciones fuera del control de una de las partes (que se hicieran sesiones desde vehículos, tener que interrumpir una sesión por una llamada, etc.), no poder captar emociones en los rostros o tener que repetir lo dicho debido a una mala conexión, fueron retos nuevos a los que el equipo investigador se tuvo que enfrentar.

Sabemos que la tecnología tiene ese poder de adaptarse al entorno y de ofrecer mejoras en cada actualización. Aplicaciones como Zoom han venido para quedarse e ir mejorando contestando a las necesidades tanto de la ciencia como de la sociedad. Aunque sigue siendo un reto en curso que cualquier persona se pueda conectar a Internet desde cualquier sitio del mundo, es interesante saber que la ciencia trabaja y está lista para poder dar el apoyo necesario a las personas que así lo requieran.

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