La violencia de género está muy presente en los centros educativos de todo el mundo. La prevalencia de esta grave lacra social pone en relevancia que los centros educativos, el profesorado y otros profesionales vinculados, se encuentran en una posición privilegiada para transformar esta realidad. La violencia de género relacionada con la escuela (SRGBV por sus cifras en inglés) se produce en o alrededor de las escuelas y se refiere a la violencia sexual, física o psicológica, perpetrada como resultado de las normas y estereotipos de género (UNESCO y ONU Mujeres, 2016). Puede manifestarse a través de agresiones verbales (amenazas, insultos…), agresiones físicas, violencia sexual y económica.
La investigación Building Capacity for Prevention of Gender-Based Violence in the School Context analizó las necesidades de formación del profesorado y su nivel de preparación para detectar e intervenir en casos de violencia de género producidos en el contexto escolar. El estudio se desarrolló con 597 profesores y profesoras de Croacia, Finlandia y España.
En los tres países se identificó que el profesorado tiene más interés por recibir formación cuanto más percibe la importancia de hacer frente a la violencia de género. El 55% del profesorado indicó que no conocen herramientas ni protocolos para identificar la violencia de género en la escuela, el 33% los conocen, pero no los utilizan y solo un 11% utiliza estas herramientas. En los últimos 12 meses de su trabajo, el 33% de los profesores y profesionales de la escuela identificaron la victimización en la escuela, el 23% identificaron la perpetración y el 25% identificaron haber sido testigos de incidentes de VSG. El 40,4% de los profesores y profesionales de la escuela no saben cómo remitir al alumnado a sus familias o servicios protección de la infancia en caso de que lo necesitaran.
Estos resultados muestran que, aunque el profesorado piensa que identificar y prevenir la violencia de género en los centros educativos es una parte importante de su trabajo, estima que no están suficientemente preparados y preparadas. Ante esta necesidad, querrían asistir a formaciones y aprender a identificar la violencia de género en los centros educativos. Todo ello supone una excelente noticia y una oportunidad formativa, que, si se basa en evidencias científicas de impacto social, contribuirá a que cada vez más los centros educativos sean espacios seguros y libres de violencia para todos los niños y las niñas.
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