La crisis climática y medioambiental, junto a las consecuencias de la pandemia causada por la COVID-19, muestra la necesidad de responder de manera colectiva para resolverlo en los próximos años.
Estas emergencias y el impacto de los nuevos conflictos ha aumentado la crisis de forma amplia en todo el mundo. Ante esta situación se han realizado decisiones en las que las mujeres en gran medida han estado excluidas. Por ejemplo, encontramos que sólo un tercio de las funciones de toma de decisiones en el marco de la Convención Marco sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París están ocupadas por mujeres. Así mismo los ministerios de medio ambiente solo está ocupado por el 15% de las mujeres.
La ONU ha señalado que las mujeres que viven en las naciones insulares de países desarrollados donde hay conflictos son las más afectadas. La nutrición y los medios de vida de estas mujeres están afectados por los cambios meteorológicos extremos. La organización también ha señalado que estos extremos meteorológicos están correlacionados con el matrimonio infantil y la explotación.
Por lo que las contribuciones de las mujeres y las niñas en los espacios de decisión son uno de los pilares fundamentales en el cambio climático y lo que esto provoca en la sociedad.
