Un año más, los hombres con actitudes propias de las Nuevas Masculinidades Alternativas (NAM) tienen alrededor del 8M una oportunidad para reforzar su compromiso por una sociedad más feminista, es decir más igualitaria.
No dedicamos un día tan importante a mirarnos para adentro y “deconstruirnos”, sino a mirar hacia fuera, mirar todo lo que siguen sufriendo las mujeres por el simple hecho de serlo, y todas las problemáticas añadidas si incluimos cuestiones de etnia, trabajo, diversidad sexual, etc. No nos mantenemos impasibles ante las diversas injusticias, discriminaciones y violencias, porque deseamos que nuestras compañeras, nuestras familias y cualquier mujer, sin distinción, pueda mejorar su vida. De todos los temas reivindicados, desde las NAM tenemos la mirada puesta en el fin de la violencia de género por su gravedad y prevalencia: sucede en ligues y en parejas estables, en fiestas y en espacios académicos, en entornos conservadores y supuestamente “progresistas”.
Nos sentimos bienvenidos y necesarios en esta lucha, gracias a las muchas mujeres que saben, por las evidencias científicas, que se necesita el posicionamiento activo de todos los hombres igualitarios, aquellos que no desean su superioridad ni privilegios. Cabe decir que, en lo que se diferencian los NAM de los MTO (Masculinidad Tradicional Oprimida), es que los NAM no quieren estar por encima ni tampoco toleran estar por debajo de nadie.
Aprovechamos este día para recordar -igual que lo hacen muchas mujeres feministas- que, entre otras claves, no superaremos la violencia de género si no generamos en todos los espacios interacciones que hagan que pierdan todo el atractivo los hombres con actitudes dominantes mientras le dan brillo y protagonismo a otros hombres, muchos, que desean relaciones igualitarias y satisfactorias, en todos los ámbitos de la vida.
Para conseguir todo esto, de la mano de las mujeres feministas, necesitamos que los chicos y hombres igualitarios y solidarios sean cada vez más valientes, rompan con la doble moral, y actúen de la manera que puedan, ya sea en su trabajo, en sus organizaciones, en su familia o con sus amigos. Como sociedad tenemos que entender que no podemos permitirnos un mensaje de que “los hombres den un paso atrás”: este mensaje solo tiene efectos en aquellos que lo escuchan, que son hombres no dominantes; aquellos dominantes no darán un paso atrás, e incluso lo tendrán más fácil, si no actuamos desde las NAM con fuerza y seguridad, ofreciendo y valorando esta masculinidad alternativa de éxito social.
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