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La Universidad de Harvard apunta en una investigación que el hecho de promover el acceso de las mujeres en los diferentes entornos laborales no disminuye los prejuicios que existen contra las mujeres. Se ha pensado en algunas ocasiones que cuando las industrias logren el equilibrio de género, el sesgo disminuirá y las brechas de género se cerrarán. Pero el simple hecho de añadir mujeres en un lugar de trabajo no cambia las estructuras y sistemas organizacionales que benefician más a los hombres que a las mujeres ya que según el estudio, el sesgo prevalece en las industrias con equilibrio de género y dominadas por mujeres.

La mayoría de las investigaciones sobre prejuicios de género se han centrado en industrias dominadas por hombres como STEM, donde las experiencias de prejuicio y discriminación de las mujeres pueden ser más evidentes. La presente investigación es pionera en el sentido de que examina el sesgo de género en cuatro industrias con más trabajadoras que hombres sobre las áreas de: derecho, educación superior, organizaciones religiosas sin fines de lucro y atención médica. En estas cuatro industrias, las mujeres dominan. Constituyen el 53,5% de la fuerza laboral en derecho, el 55,3% en educación superior, el 63,8% en organizaciones religiosas sin fines de lucro y el 77,6% en atención médica. Utilizando la Escala de sesgo de género para mujeres líderes junto con preguntas abiertas, compararon las percepciones y experiencias de sesgo de género de 1606 mujeres líderes en estos campos a través de 15 factores, que van desde sutiles (como la falta de reconocimiento) hasta manifiestos (como el lugar de trabajo o el acoso).

Aunque las mujeres son la mayoría en estas industrias, la investigación descubre que todavía experimentan una multitud de prejuicios. Un ejemplo es la comunicación restringida, en la que las mujeres deben ser conscientes al expresar autoridad y minimizar sus logros. Informaron falta de reconocimiento por sus contribuciones y ser interrumpidas por hombres al hablar. E incluso cuando las mujeres estaban bien representadas, su lugar de trabajo a menudo todavía tenía una mentalidad donde las decisiones las tomaban principalmente los hombres. Algunas mujeres no encontraron otra opción que limitar sus aspiraciones debido a obligaciones personales. En otras palabras, su lugar de trabajo no apoyaba la combinación del trabajo con la familia. A pesar de las diferencias entre los diferentes entornos, la investigación destaca la relevancia de continuar trabajando para la prevención y actuación ante la discriminación hacia las mujeres, incluso por parte de las mismas mujeres, para conseguir organizaciones realmente igualitarias.

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