Una de las medidas adoptadas en los centros educativos durante pandemia provocada por el virus Sars-Cov-2 ha sido la creación de burbujas por cursos para evitar que los brotes se expandieran por toda la escuela. Por esta razón, muchos baños que antes estaban separados por sexos ahora están separados por curso, es decir, se han convertido en mixtos.
Por otro lado, la tendencia de convertir los baños en mixtos también ha sido impulsada como medida para evitar la exclusión de identidades transgénero o no binarias. La confluencia de estas dos circunstancias pueden provocar un cambio permanente en el funcionamiento de los baños sin que en esa decisión haya habido un debate libre, profundo y participativo por parte de toda la comunidad educativa (profesorado, familias y alumnado).
En este artículo de la revista de la facultad de derecho de Yale se estudia la historia de esta segregación por sexo. Según la revisión que realiza W. Burlette Carter es falso que fuera motivada por una imitación a las costumbres de las élites, sexismo, paternalismo o por un mero puritanismo. La autora explica que en el siglo XIX lo más habitual en el espacio público era encontrar, en el mejor de los casos, baños solo para hombres, puesto que la vida de las mujeres estaba reducida aún a espacios privados. La progresiva incorporación de baños públicos, y más tarde segregados por sexo, provocaría una mejora en la seguridad y derecho de intimidad de las mujeres que ayudaría en la conquista del espacio público por parte estas. La autora ha encontrado pruebas de que los orígenes de dicha segregación se encuentran en las medidas tomadas por la inspección laboral para evitar el frecuente acoso sexual y las violaciones contra las mujeres en los baños mixtos de las fábricas.
Conocer los verdaderos motivos históricos que han generado una norma nos ofrece cimientos necesarios para decidir sobre su mantenimiento o derogación. Por eso, conociendo la historia, lo más sensato para adaptarse a las reclamaciones del colectivo LGTBIQ+ es mantener las opciones de baños hasta ahora usadas añadiendo nuevas opciones para aquellas personas que no se encuentran cómodas con este binarismo y evitar retroceder dos siglos hacia atrás en derechos y seguridad para las mujeres, tal y como ya se viene registrando en otros países.
