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Cada vez más países y en más contextos se están poniendo medidas para acabar con la mutilación genital femenina (MGF). En el Reino Unido, por ejemplo, la MGF está prohibida desde 1985, pero la primera condena judicial del país se produjo en febrero de 2019. La ONU tiene el objetivo declarado de eliminar la mutilación genital femenina para 2030. Paralelamente hay proyectos como Desert Flower Foundation que están trabajando para abolir esta práctica.

Desert Flower Foundation construye escuelas en África, brinda a las niñas acceso a la educación y empodera a las mujeres. Todas las niñas de su proyecto de patrocinio, Save a Little Desert Flower, no solo están protegidas contra la mutilación genital femenina y el matrimonio forzado, sino que también reciben educación escolar. Los países con las tasas más altas de analfabetismo en África son los que tienen la mayor prevalencia de MGF. La falta de educación limita a las mujeres, sin importar en qué parte del mundo se encuentren. Solo una mujer fuerte, autodeterminada y económicamente independiente tendrá la confianza suficiente para resistir las presiones de una comunidad.

Según The Guardian, el cambio puede ocurrir rápidamente cuando se toman las medidas adecuadas. Hace dos años, la fundación abrió su primera escuela en Sierra Leona para 400 niños. Antes de construir la escuela, toda la comunidad tuvo que detener la MGF. Su trato era: educación en lugar de mutilación. En ese momento, muchas niñas de la comunidad estaban trabajando en una cantera local. Hoy asisten a la escuela. Escuchar a las niñas decir: “quiero ser abogada, doctora o maestra”, confirma que se trata de proyectos de éxito.

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