image_pdfPDFimage_print
Unsplah

Según informa La Vanguardia, el cibercotilleo es un comportamiento de acoso en forma de insultos, apodos, rumores o mensajes despectivos. Según UNICEF, 1 de cada 3 adolescentes podría tener ya un “uso problemático de internet” caracterizado no sólo por una elevada frecuencia e intensidad de conexión sino por un alto grado de interferencia en el día a día en los propios adolescentes y sus familias. 

Olga Piazuelo, responsable del grupo de trabajo Adolescencia en crisis de la Sección de Psicología de la Educación del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya afirma que el mundo digital protege al acosador y a sus cómplices que son los espectadores pasivos que no hacen nada para parar al agresor. Por su parte, Silvye Pérez, Pedagoga y profesora de los grados de psicología de la Universitat Oberta de Catalunya destaca que una de las ventajas del ciberacoso es que queda registrado y hay pruebas para demostrar los comentarios, vídeos  o fotos malintencionados. 

Los datos que nos ofrece el informe citado anteriormente de UNICEF “Impacto de la tecnología en la adolescencia. Relaciones, riesgos y oportunidades”, y el informe (In)seguras online: experiencias de las niñas y las jóvenes en torno al acoso online en el que se revela que el 58% de las niñas y adolescentes dice sufrir acoso online, nos debe llevar a familiares y a personas involucradas en la educación de menores,  a buscar evidencias científicas de cómo superar esta violencia para tener respuestas efectivas y lograr frenarlo lo antes posible. 

Por suerte la ciencia con impacto social ya está dando soluciones para que, desde la educación, logremos que las redes sociales sean cada vez un espacio más seguro y libre de violencia. 

Una de las claves es educar en que debemos proteger a quien protege para que haya más personas que  intervengan en favor de las víctimas, por ejemplo valorando socialmente a estas personas y sumándose a ellas públicamente.  

Otra clave es movilizar a toda la comunidad educativa. Los modelos comunitarios superan a los modelos mediadores ya que se ha demostrado que sólo se puede superar la violencia cuando se aborda desde una perspectiva comunitaria y global.  

En concreto el Modelo Dialógico de Prevención y Resolución de Conflictos es una actuación educativa de éxito preventiva que ha demostrado ampliamente su eficacia para reducir el ciberbullying involucrando a la comunidad y logrando el aumento de denuncias, el incremento de estudiantes que apoyan a las víctimas y la tolerancia 0 a la violencia.    

Habrá que ir dejando de lado la idea de que lo que pasa fuera de las escuelas o institutos no es un tema sobre el que se deba intervenir. Desde la educación tenemos la oportunidad de abordar esta problemática basándonos en aquellas evidencias que han demostrado mejorar la realidad social y no desde programas sin aval científico, si es que queremos erradicar verdaderamente este tipo de violencia. 

Views All Time
Views All Time
375
Views Today
Views Today
1
Secciones: subportada

Si quieres, puedes escribir tu aportación