Hay estudios que dicen que las chicas suelen estar más motivadas para aprender lenguas extranjeras y que suelen obtener mejores resultados que los chicos. Además, algunas investigaciones muestran que tanto docentes como estudiantes suelen creer que las chicas están más capacitadas para aprender lenguas extranjeras. Sin embargo, estos resultados se entienden mejor si tenemos en cuenta que existen varios tipos de masculinidades y que la situación es diferente dependiendo del tipo de masculinidad que prevalece en cada chico.

Eso es lo que tratan de analizar en el artículo Why don’t “real men” learn languages? Masculinity threat and gender ideology suppress men’s language learning motivation (“¿Por qué los “hombres de verdad” no aprenden idiomas? La amenaza de la masculinidad y la ideología de género suprimen la motivación de los hombres para aprender idiomas”). Además de incluir los datos mencionados anteriormente, el artículo hace un análisis más detallado y revela que los chicos de masculinidades más tradicionales reportan menos interés y menos actitud positiva hacia el aprendizaje de lenguas extranjeras. Además, se sienten menos seguros y menos competentes. Los datos son aún peores entre los chicos de masculinidades tradicionales que sienten que su masculinidad está amenazada por el contexto de aprendizaje en el que están. Según dice el artículo, se sienten amenazados, por ejemplo, cuando perciben que el estereotipo dice que es un ámbito más propicio para las chicas, y eso es precisamente lo que ocurre con el aprendizaje de la lengua extranjera. Estos resultados muestran que el tipo de masculinidad a la que se adhieren los chicos repercute también en los aprendizajes.

Pero esa situación, evidentemente, se puede transformar. La investigación ha demostrado que la actitud está estrechamente relacionada con el rendimiento académico, que, a su vez, está vinculado a cómo se ve uno mismo como estudiante y con las expectativas que se construyen como estudiante. La investigación también ha demostrado que en los espacios escolares supeditados a las masculinidades tradicionales dominantes predominan las dificultades para el aprendizaje y las malas relaciones, mientras que en los espacios en los que prevalecen las nuevas masculinidades alternativas brillan las actitudes positivas hacia el aprendizaje junto con la solidaridad y las buenas relaciones. Las interacciones con chicos de nuevas masculinidades alternativas fomentan el cambio de las personas que están a su alrededor. Por lo tanto, cuando generamos un contexto en el que hay respeto, apoyo mutuo y esfuerzo, y se consigue así un aprendizaje instrumental efectivo, se generan experiencias que transforman a las personas. Por supuesto, esto no se consigue con ocurrencias sino apoyándonos en las evidencias científicas de impacto social. Las escuelas son un espacio donde las posibilidades para la transformación son enormes.

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