A principios del mes de noviembre la publicación científica Journal of Clinical Nursing, publicaba un artículo sobre la importancia del papel que juega el personal de enfermería en la detección y la respuesta frente a la violencia de género.
En anteriores publicaciones, DF ha recogido investigaciones que insisten en que la prevención de la violencia pasa por soluciones cuyo enfoque sea comunitario. Es una problemática que afecta a toda la sociedad y por tanto debe involucrarse todo el mundo, en especial, el personal sanitario por ser en muchas ocasiones la primera línea de detección en un caso de violencia.
En esta investigación, se constata que la actuación de los y las enfermeras, en la atención a las víctimas incluso a pesar de tratarse de uno de los más importantes problemas de salud pública y causante principal de la muerte en mujeres de entre 18 y 44 años en todo el mundo, no está siendo, en general, la más adecuada, debido, principalmente, a carencias formativas.
El estudio ha detectado que la mayoría de las enfermeras y enfermeros, no actúan como debieran por la inseguridad que genera la falta de conocimientos ya que esto provoca que eviten preguntar e indagar sobre el presunto abuso por miedo a perjudicar más la situación o porque mantienen creencias y resistencias que no están fundamentadas.
Las enfermeras y enfermeros son muchas veces las primeras personas en recibir a las víctimas tras sufrir un episodio de violencia, siendo que además constituyen el mayor grupo de profesionales sanitarios. Es por ello que resulta tan necesario dotarles de una formación, basada en evidencias, que desde un enfoque comunitario, les capacite para identificar y coordinar con otros servicios pertinentes la respuesta que más ayude a cada persona en su situación.
En el artículo, se concluye que si bien sí hay muchas y muchos profesionales que por iniciativa propia optan por profundizar y formarse mejor en este ámbito y, así mismo disponen de formas de hacerlo, no se podrá liderar un cambio verdaderamente significativo, hasta que no se implemente un enfoque sistémico de forma que se aseguren ciertos conocimientos en todo el personal y puedan así ofrecer la ayuda más adecuada en cada caso.
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