En una noticia elaborada por El Salto, se ofrecen los resultados de una prueba, llamada “testing” realizada por la asociación Amuge en 15 supermercados y 5 centros comerciales en seis comarcas de Bizkaia. Este experimento quería mostrar cuál era el trato que reciben las mujeres gitanas al entrar para realizar compras.
Los resultados mostraron que en el 80% de los centros comerciales donde habían realizado el experimento, las mujeres gitanas habían sufrido un trato discriminatorio. Las actuaciones de discriminación se centran en persecución por la tienda, cuchicheos, nerviosismo y/o palabras inadecuadas.
Desde la asociación afirman que estas situaciones en las que las mujeres se sienten presionadas para salir de la tienda hacen que no puedan comprar a gusto, que decidan no ir a este tipo de comercios y prefieran realizar sus comprar en mercadillos.
No se deposita la responsabilidad en las trabajadoras o trabajadores puntuales, afirman, si no que saben que el personal recibe instrucciones basadas en prejuicios antigitanos que hacen que actúen de esa forma discriminatoria, tratándolas como sospechosas.
Finalmente, la responsable de Amuge, Tamara Clavería, afirmaba que de esta manera, además de vulnerar los derechos fundamentales de las mujeres gitanas, su salud y autoestima, está generando una barrera a la hora de participar socialmente por el miedo a ser avergonzadas en público.
El antigitanismo sigue perviviendo incluso en situaciones tan cotidianas como ir a comprar. Es por ello que sigue siendo necesario visibilizar estas situaciones, denunciarlas y seguir trabajando para que las mujeres gitanas puedan, sin obstáculos seguir contribuyendo a la mejora de sus vidas y de la sociedad.
