Asegurar que la salud y los derechos sexuales y reproductivos sean una parte integral de la respuesta de emergencia en una crisis humanitaria es esencial, no debe pasarse por alto. Sin un acceso suficiente al apoyo para la salud ginecológica, las mujeres no solo pueden sufrir graves complicaciones de salud, sino que también pueden experimentar estigma y rechazo de la comunidad y pérdida de dignidad.
Además, la falta de suministro de salud ginecológica puede limitar la movilidad de mujeres y niñas, lo que afecta negativamente su capacidad para acceder a los servicios básicos requeridos y al apoyo humanitario, incluida la educación, los servicios de salud y las oportunidades de ganarse la vida.
En esta línea, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha planificado de manera estratégica e innovadora garantizar la continuidad de los servicios esenciales de salud sexual y reproductiva para la población vulnerable en las áreas de conflicto. Con el apoyo del UNFPA, una de las agencias asociadas ha introducido el proyecto piloto Safe Pad para satisfacer las necesidades de higiene y salud ginecológica de mujeres y niñas vulnerables en áreas afectadas por conflictos. El UNFPA, la agencia de salud sexual y reproductiva de las Naciones Unidas, está trabajando con organizaciones asociadas locales e internacionales para fortalecer la atención de la salud sexual y reproductiva y garantizar que permanezca en el centro del nexo humanitario y de desarrollo.
Coordinadora del Metoo University
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