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Uno de los muchos avances en igualdad de género y en la lucha contra la violencia hacia las mujeres es la denuncia, cada vez más frecuente, de declaraciones o actuaciones machistas u homófobas que hacen determinados personajes o asociaciones. En determinados ambientes privados y también más públicos, cada vez más se denuncian comentarios y actitudes machistas y poco igualitarias que hasta hace bien poco quedaban impunes por el silencio de las víctimas y las personas espectadoras.

Estas actuaciones, opiniones y actitudes tienen como objetivo del que las vierte ganar protagonismo a costa de los demás, mantener la posición de poder que les otorga la sociedad patriarcal y continuar reproduciendo las desigualdades entre hombres y mujeres. Sus autores, hombres cuyas actitudes responden al modelo de la Masculinidad Tradicional Dominante, se justifican y se refugian detrás de lo que ellos llaman “humor” o consideran “broma”, o incluso también de una supuesta “libertad de expresión” robada, con afirmaciones como las siguientes: “Antes cuando te apetecía podías decir una burrada, ahora no”, “No es machismo, es libertad”, “Hay que respetar las diferentes posturas u opiniones”, “Esto va contra la libertad de expresión, ya no puedo contar ni un chiste”, o “Toda la vida se ha dicho y nunca ha pasado nada”

Esta justificación de la violencia presenta la situación de denuncia como un retroceso en las libertades individuales de unos pocos, cuando en realidad es un avance en la libertad de la mayoría y en favor de una sociedad más igualitaria para todas las personas. Cuando estas denuncias públicas se presentan como un ataque contra la libertad de expresión, lo que en realidad se pretende es dar la vuelta al verdadero sentido de los comentarios, que en realidad son parte de un discurso coercitivo que busca mantener y reproducir las diferencias entre personas opresoras y oprimidas. 

Gracias a los avances del feminismo, cada vez hay más espectadoras y espectadores que pasan a la acción. Las Nuevas Masculinidades Alternativas siempre se posicionan ante estas actitudes, con una actitud valiente y en defensa de la igualdad. 

Además, este posicionamiento puede tener un gran impacto en las personas que nos rodean, siendo ejemplo para otras actuaciones y porque muchas veces supone la única alternativa al discurso coercitivo dominante y a la socialización mayoritaria en este tipo de bromas, comentarios o vejaciones.

Son las interacciones de calidad vinculadas con la ausencia de violencia las que pueden hacer que no nos hagan gracia este tipo de “chistes”, que no los normalicemos, y ayudarnos a denunciar cada vez más cuando seamos testigos de estas situaciones, contribuyendo así a crear espacios y sociedades más seguras y libres de violencia.

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